Más Bachillerato... ¿pero cómo?
Todo el mundo, como es natural, anda preocupado y pendiente de las reformas económicas, fiscales y laborales. Es lógico. En la situación en la que estamos, hay que mirar muy mucho que es lo que quieren hacer los que pueden hacerlo con nuestro trabajo, nuestros ahorros, viviendas y demás. Tenemos un panorama nada halagüeño delante de nuestras narices y, por ahora, solo parece que hay que preocuparse de lavar la cara del país en el exterior para tener contentos a los que verdaderamente mandan, sin tener en cuenta la situación en la que queda la población del país, cada vez más precaria y con menos esperanza de recuperación. No sé, ya que no entiendo (ni yo, ni muchos) de macroeconomía, ni de micro (bueno, solo del de cantar, y eso) los caminos a tomar pero…es como si un amigo te pide dinero: yo no sería capaz de presionarle para recuperarlo si sé que su familia pasará hambre por ello; tendría paciencia. Primero hay que alimentar a los niños, ocuparse de que la familia esté bien; luego saldamos cuentas.
¡Vaya! Se me ha ido de las manos la introducción, ¿no? El caso es que ante la maldita crisis de los eggs, no nos fijamos en otras cuestiones, como las futuras medidas educativas. Se sabe poco del tema (casi tan poco como de primas de riesgo o calificaciones de esas) pero lo poco que nos han dicho es que habrá un año más de bachillerato. Pues muy bien, pero…¿cómo? La primera opción es que los estudiantes acaban un año más tarde su formación secundaria, lo cual es económicamente imposible en estos momentos: el gasto que supondría tener a cientos de miles de estudiantes un año más en las aulas es, por ahora, imposible de asumir. La otra es eliminar un año de ESO. Y eso es a corto plazo imposible, salvo que queramos simplemente cambiarle el nombre a lo que ya tenemos, en cuyo caso sería, aparte de una estupidez, otro gasto administrativo innecesario. Y el caso es que está claro que el sistema educativo necesita un giro, pero no de estructuras, ni nombres ni leches. Necesita un cambio de contenido, a fondo, porque veamos: ahora mismo hay un porcentaje muy elevado de universitarios que descubren en las facultades conceptos de todo tipo que antes se conocían en 8º de EGB, ¡5 años antes! La comprensión de un texto escrito, la capacidad de raciocinio es verdaderamente insuficiente para la mayoría de ellos y yo no creo que el ser humano haya entrado en un periodo de caída libre como especie racional, y un chaval de 15 años de hoy día sea intelectualmente inferior a uno de su misma edad hace unos años. Empezemos, pues por cambiar la Educación Primaria para hacer jóvenes con capacidad de razonar y comprender, que puedan retener mejor conceptos durante la Secundaria y desarrollar mejor los estudios universitarios. No sería inmediato, sería mejor. Y sería preciso un pacto global de los partidos políticos para mantener ese sistema unos añitos, sin cambiarlo cada dos por tres. Llevaría tiempo, pero todos saldríamos ganando, sobre todo ellos.
Todo el mundo, como es natural, anda preocupado y pendiente de las reformas económicas, fiscales y laborales. Es lógico. En la situación en la que estamos, hay que mirar muy mucho que es lo que quieren hacer los que pueden hacerlo con nuestro trabajo, nuestros ahorros, viviendas y demás. Tenemos un panorama nada halagüeño delante de nuestras narices y, por ahora, solo parece que hay que preocuparse de lavar la cara del país en el exterior para tener contentos a los que verdaderamente mandan, sin tener en cuenta la situación en la que queda la población del país, cada vez más precaria y con menos esperanza de recuperación. No sé, ya que no entiendo (ni yo, ni muchos) de macroeconomía, ni de micro (bueno, solo del de cantar, y eso) los caminos a tomar pero…es como si un amigo te pide dinero: yo no sería capaz de presionarle para recuperarlo si sé que su familia pasará hambre por ello; tendría paciencia. Primero hay que alimentar a los niños, ocuparse de que la familia esté bien; luego saldamos cuentas.
¡Vaya! Se me ha ido de las manos la introducción, ¿no? El caso es que ante la maldita crisis de los eggs, no nos fijamos en otras cuestiones, como las futuras medidas educativas. Se sabe poco del tema (casi tan poco como de primas de riesgo o calificaciones de esas) pero lo poco que nos han dicho es que habrá un año más de bachillerato. Pues muy bien, pero…¿cómo? La primera opción es que los estudiantes acaban un año más tarde su formación secundaria, lo cual es económicamente imposible en estos momentos: el gasto que supondría tener a cientos de miles de estudiantes un año más en las aulas es, por ahora, imposible de asumir. La otra es eliminar un año de ESO. Y eso es a corto plazo imposible, salvo que queramos simplemente cambiarle el nombre a lo que ya tenemos, en cuyo caso sería, aparte de una estupidez, otro gasto administrativo innecesario. Y el caso es que está claro que el sistema educativo necesita un giro, pero no de estructuras, ni nombres ni leches. Necesita un cambio de contenido, a fondo, porque veamos: ahora mismo hay un porcentaje muy elevado de universitarios que descubren en las facultades conceptos de todo tipo que antes se conocían en 8º de EGB, ¡5 años antes! La comprensión de un texto escrito, la capacidad de raciocinio es verdaderamente insuficiente para la mayoría de ellos y yo no creo que el ser humano haya entrado en un periodo de caída libre como especie racional, y un chaval de 15 años de hoy día sea intelectualmente inferior a uno de su misma edad hace unos años. Empezemos, pues por cambiar la Educación Primaria para hacer jóvenes con capacidad de razonar y comprender, que puedan retener mejor conceptos durante la Secundaria y desarrollar mejor los estudios universitarios. No sería inmediato, sería mejor. Y sería preciso un pacto global de los partidos políticos para mantener ese sistema unos añitos, sin cambiarlo cada dos por tres. Llevaría tiempo, pero todos saldríamos ganando, sobre todo ellos.






















