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Martes, 03 de Enero de 2012

Música y Bach

Cuando los villancicos y la música "Strauss" inundan de sonidos la Navidad, es bueno recordar la importancia que tiene en la historia de la música Johann Sebastian BACH. El año de su muerte, 1750, se tomó como referencia del final del período barroco, que precedió al clásico. La música más genial sólo puede surgir cuando todos los tonos y armonías que implican ser una persona se reúnen en un artista, como ocurre en el caso de Bach. Tocar a Bach en el teclado significa sentir cómo mente, cuerpo y emociones se funden al mismo tiempo, invitándonos a concentrarnos exclusivamente en la música. Una música tan perfecta que nos hace encontrar en ella reposo y una sensación de satisfacción, fruto de ser consciente de haber interpretado música de alguien muy inteligente, con un gran dominio del oficio, disciplinado, productivo y creativo. Sus composiciones abarcaban un amplio espectro expresivo: tradicional y original, clásico y romántico, abstracto y pictórico, introspectivo e impersonal.
Actualmente hay 1.127 obras catalogadas, que ocuparían una extensión musical de más de 150 cds. La energía y el optimismo de la música de Bach tienen un efecto estabilizador cuando nuestra vida nos parece confusa o incierta. Un efecto parecido a cuando ordenamos un armario, un escritorio o la casa, buscando centrarnos en la vida. (Quien no se lo crea que escuche la Suite número 3, BWV 1.068). Las semillas de toda la música occidental se encuentran en sus preludios y fugas, una obra de 2 volúmenes que podríamos denominar el antiguo y nuevo testamento musical. Bach fue uno de los pocos grandes artistas que no dejaron escritos autobiográficos, pero su música afirmó claramente sus creencias artísticas.Éstas reflejan la actitud predominante durante la Edad Media: el arte existe para alabar a Dios. Para la división luterana de la iglesia protestante compuso más de 170 cantatas, ya que, como Martín Lutero, era consciente que la música instrumental también tenía un carácter religioso.
Una de las obras más sorprendentes son los Conciertos de Brandemburgo, que en ocasiones nos recuerdan a una jam session barroca por el modo en que los diferentes instrumentos van asumiendo el papel protagonista. Aunque lo realmente característico de Bach es la estructura. Todas sus obras tienen un inicio, un desarrollo, y una vuelta al inicio, como si fuera un billete de ida y vuelta de nuestras emociones.
Si a nuestros deseos al llegar un nuevo año, aparte de salud, paz y amor, (cuidado: en este caso el orden de los factores puede alterar el producto), hubiera que ponerle música, sin duda, yo elegiría a Bach.
Que, como BACH, el 2012 venga cargado de tranquilidad y creatividad para poder afrontar las dificultades que estén por venir.

"Bebamos alegremente de este vaso resplandeciente de belleza, y que la hora efímera se embriague de deleite. Bebamos con el dulce estremecimiento que el amor despierta, pues cuando miramos desde la belleza, todo nos llega al corazón". (Traducción del "Brindis" de la ópera "LA TRAVIATA" de Verdi, con letra de Alejandro Dumas).

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