El sentido común aplicado a la política
Una vez finalizados los procesos electorales que afectan a Extremadura, y a la vista de la crisis económica que nos amenaza cada vez más intensamente, es necesario que aquellos que han obtenido en encargo popular de dirigir lo público se pongan a hacerlo, sin ambages y con presteza.
El Partido Popular tiene ahora mismo un poder que nadie ha tenido jamás en democracia en España. Ni siquiera el PSOE de Felipe González de 1982, que consiguió más diputados en el Congreso, pero que no tenía el poder de las Comunidades Autónomas, que por entonces aún no se habían desarrollado.
Pero es precisamente ese poder casi onmímodo lo que hace mayor la responsabilidad del PP. Los españoles y los extremeños han depositado en ellos su confianza para afrontar la crisis económica, esa que no hemos generado los trabajadores, esa misma que sí estamos pagando los trabajadores y trabajadoras. Y lo que esperamos de ellos, del PP, no es que resuelvan la crisis de la noche a la mañana, sino que se esfuercen y se concentren en la tarea, que se dejen de política de artificio, de señalar culpables reales o imaginarios, del “y tú más”.
Ese cambio de posicionamiento político desde la oposición al gobierno no es fácil, los mecanismos de oposición van a la contra mientras que desde el gobierno se tienen que promover iniciativas, luchar con la realidad y no con el deseo, aunar voluntades, remover obstáculos, tragarse críticas.
Pero es que no tenemos tiempo para adaptaciones. En Extremadura el número de parados ha aumentado en los seis meses de gobierno popular hasta los 133.000 parados. Por eso no es de recibo que el Sr. Pantoja, alcalde de Montijo y director gerente del Sexpe cuando escribo este artículo, ande con dimes y diretes, ahora me voy de la alcaldía, ahora no me voy. Él mismo debería exigirse un poco de seriedad, que los problemas son muy serios.
Que el director gerente del Sexpe, es decir, el responsable de gestionar la política de empleo del gobierno de Extremadura, tenga además la responsabilidad de gobierno de un pueblo de 16.300 habitantes no es serio. Porque seguramente hará mal una cosa o la otra, o las dos.
Los extremeños no nos merecemos esta falta de dedicación, y los montijanos tampoco.
Episodios como el ocurrido una semana antes de que se hicieran públicos los datos del paro de octubre son indicativos de su falta de concentración en la tarea. En aquella ocasión el Sr. Pantoja, director gerente del Sexpe, declaró que el paro no aumentaría de forma significativa, cuando una semana después se publicaron los peores datos del paro de la historia de Extremadura.
Sr. Pantoja debe usted elegir ya. Bueno, en realidad, debería usted haber elegido ya hace tiempo, porque lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Es lo que nos dice el sentido común, ese que tanto reivindican desde el PP.
Una vez finalizados los procesos electorales que afectan a Extremadura, y a la vista de la crisis económica que nos amenaza cada vez más intensamente, es necesario que aquellos que han obtenido en encargo popular de dirigir lo público se pongan a hacerlo, sin ambages y con presteza.
El Partido Popular tiene ahora mismo un poder que nadie ha tenido jamás en democracia en España. Ni siquiera el PSOE de Felipe González de 1982, que consiguió más diputados en el Congreso, pero que no tenía el poder de las Comunidades Autónomas, que por entonces aún no se habían desarrollado.
Pero es precisamente ese poder casi onmímodo lo que hace mayor la responsabilidad del PP. Los españoles y los extremeños han depositado en ellos su confianza para afrontar la crisis económica, esa que no hemos generado los trabajadores, esa misma que sí estamos pagando los trabajadores y trabajadoras. Y lo que esperamos de ellos, del PP, no es que resuelvan la crisis de la noche a la mañana, sino que se esfuercen y se concentren en la tarea, que se dejen de política de artificio, de señalar culpables reales o imaginarios, del “y tú más”.
Ese cambio de posicionamiento político desde la oposición al gobierno no es fácil, los mecanismos de oposición van a la contra mientras que desde el gobierno se tienen que promover iniciativas, luchar con la realidad y no con el deseo, aunar voluntades, remover obstáculos, tragarse críticas.
Pero es que no tenemos tiempo para adaptaciones. En Extremadura el número de parados ha aumentado en los seis meses de gobierno popular hasta los 133.000 parados. Por eso no es de recibo que el Sr. Pantoja, alcalde de Montijo y director gerente del Sexpe cuando escribo este artículo, ande con dimes y diretes, ahora me voy de la alcaldía, ahora no me voy. Él mismo debería exigirse un poco de seriedad, que los problemas son muy serios.
Que el director gerente del Sexpe, es decir, el responsable de gestionar la política de empleo del gobierno de Extremadura, tenga además la responsabilidad de gobierno de un pueblo de 16.300 habitantes no es serio. Porque seguramente hará mal una cosa o la otra, o las dos.
Los extremeños no nos merecemos esta falta de dedicación, y los montijanos tampoco.
Episodios como el ocurrido una semana antes de que se hicieran públicos los datos del paro de octubre son indicativos de su falta de concentración en la tarea. En aquella ocasión el Sr. Pantoja, director gerente del Sexpe, declaró que el paro no aumentaría de forma significativa, cuando una semana después se publicaron los peores datos del paro de la historia de Extremadura.
Sr. Pantoja debe usted elegir ya. Bueno, en realidad, debería usted haber elegido ya hace tiempo, porque lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Es lo que nos dice el sentido común, ese que tanto reivindican desde el PP.






















