Reducción de Ayuntamientos
El problema está en la mesa. Grecia e Italia han decidido reducir el número de municipios con la intención de aminorar las pérdidas, y nivelar así la balanza entre gastos e ingresos. El modelo español corresponde al diseñado en el siglo XIX con las Cortes de Cádiz y que se enmarca en las características sociodemográficas existentes en esa época, es decir, estructura semifeudal en la que predominaba el campo sobre la incipiente industria existente. Desde ese momento, los cambios han sido bastante importantes y aunque continuamos en Extremadura con una dependencia agrícola bastante importante, lo cierto es que los cambios tecnológicos habidos en el siglo XX y, sobretodo, la última revolución tecnológica del último cuarto de siglo y la primera década del siglo XXI, permite establecer una cercanía a la administración que nada tiene que ver con la existente en los años en que se estructuró el modelo vigente. He trabajado en la administración local, provincial, autonómica y nacional (la última debido a las transferencias educativas) y he conocido auténticas barbaridades en la duplicidad de actuaciones sobre un mismo tema incluso en administraciones gobernadas por el mismo grupo político. La indefinición existente en aquel momento sobre competencias entre las administraciones permitía que ninguna diera marcha atrás en sus pretensiones, lo que daba como resultado dos trabajos casi idénticos para un mismo problema. Eran otras épocas y el dinero brotaba vía fondos estructurales de la Unión Europea con la finalidad de igualarnos al resto de Europa. Recuerdo el comentario generalizado de agotar las líneas de financiación como fueran ya que de lo contrario “hay que devolverlo”. Recogí de la misma basura un “sesudo informe” elaborado por una importante fundación compuesto de 12 tomos al que la misma administración que pagó la factura de muchos ceros a la derecha no tuvo ni el decoro de leer (ciertamente el valor del informe tenía muchos ceros pero a la izquierda) ya que lo importante era que no se había devuelto dinero a Bruselas y el dinero se había gastado aquí (eso sí, la fundación era de otra comunidad autónoma). Por otro lado, existen ayuntamientos en los que su ínfima estructura impide dar a sus usuarios los servicios de calidad mínimos que son necesarios, por lo que sería conveniente que pasaran a formar parte de organismos locales más estructurados. Incluso entidades de gran envergadura local como pueden ser las localidades de Don Benito y Villanueva de la Serena en el caso de las Vegas Altas, o Montijo y Puebla de la Calzada en el caso de las Vegas Bajas podrían contar con una única administración sin ver por ello la calidad y cantidad de servicios que se prestan al ciudadano (mayor número de habitantes, mayor número de recaudación y mejora en los servicios). Hay quien tiene puesto el ojo a las Diputaciones Provinciales (38 en toda España) aunque verdaderamente aquí en Extremadura sí que supone un gran alivio para los pueblos menores de 5000 habitantes. Lo cierto es que el actual modelo de sostenimiento de la administración pública es insostenible, existiendo administraciones en quiebra (no estaría de más que se pudieran pedir responsabilidades a los gestores que tan mal han administrado las cuentas) ya que durante mucho tiempo han estado gastando por encima de sus ingresos.
El problema está en la mesa. Grecia e Italia han decidido reducir el número de municipios con la intención de aminorar las pérdidas, y nivelar así la balanza entre gastos e ingresos. El modelo español corresponde al diseñado en el siglo XIX con las Cortes de Cádiz y que se enmarca en las características sociodemográficas existentes en esa época, es decir, estructura semifeudal en la que predominaba el campo sobre la incipiente industria existente. Desde ese momento, los cambios han sido bastante importantes y aunque continuamos en Extremadura con una dependencia agrícola bastante importante, lo cierto es que los cambios tecnológicos habidos en el siglo XX y, sobretodo, la última revolución tecnológica del último cuarto de siglo y la primera década del siglo XXI, permite establecer una cercanía a la administración que nada tiene que ver con la existente en los años en que se estructuró el modelo vigente. He trabajado en la administración local, provincial, autonómica y nacional (la última debido a las transferencias educativas) y he conocido auténticas barbaridades en la duplicidad de actuaciones sobre un mismo tema incluso en administraciones gobernadas por el mismo grupo político. La indefinición existente en aquel momento sobre competencias entre las administraciones permitía que ninguna diera marcha atrás en sus pretensiones, lo que daba como resultado dos trabajos casi idénticos para un mismo problema. Eran otras épocas y el dinero brotaba vía fondos estructurales de la Unión Europea con la finalidad de igualarnos al resto de Europa. Recuerdo el comentario generalizado de agotar las líneas de financiación como fueran ya que de lo contrario “hay que devolverlo”. Recogí de la misma basura un “sesudo informe” elaborado por una importante fundación compuesto de 12 tomos al que la misma administración que pagó la factura de muchos ceros a la derecha no tuvo ni el decoro de leer (ciertamente el valor del informe tenía muchos ceros pero a la izquierda) ya que lo importante era que no se había devuelto dinero a Bruselas y el dinero se había gastado aquí (eso sí, la fundación era de otra comunidad autónoma). Por otro lado, existen ayuntamientos en los que su ínfima estructura impide dar a sus usuarios los servicios de calidad mínimos que son necesarios, por lo que sería conveniente que pasaran a formar parte de organismos locales más estructurados. Incluso entidades de gran envergadura local como pueden ser las localidades de Don Benito y Villanueva de la Serena en el caso de las Vegas Altas, o Montijo y Puebla de la Calzada en el caso de las Vegas Bajas podrían contar con una única administración sin ver por ello la calidad y cantidad de servicios que se prestan al ciudadano (mayor número de habitantes, mayor número de recaudación y mejora en los servicios). Hay quien tiene puesto el ojo a las Diputaciones Provinciales (38 en toda España) aunque verdaderamente aquí en Extremadura sí que supone un gran alivio para los pueblos menores de 5000 habitantes. Lo cierto es que el actual modelo de sostenimiento de la administración pública es insostenible, existiendo administraciones en quiebra (no estaría de más que se pudieran pedir responsabilidades a los gestores que tan mal han administrado las cuentas) ya que durante mucho tiempo han estado gastando por encima de sus ingresos.