Corren malos tiempos. Y parece que vuelve lo peor del fascismo multiforme y versicolor. El señor calvo del puro y la tijera se ha tornado en progre divulgador de la sospecha, el miedo  y la insidia. Aquel se escondía tras el escudo de Franco y del Gobernador. Estos nuevos censores se parapetan tras la reivindicación y la pancarta del oportunismo. Van a los eventos con la lupa, a ver que pueden trincar. Y si no lo consiguen lo inventan. Articulan su trama y desaparecen, no se les vuelve a ver el poco pelo que les queda. Con esta firmeza defienden sus argumentos, sus ideales… sus intereses.

Pero lo cierto es que nuestros niños, merced a estos nuevos inquisidores, operarios del sistema, se han quedado sin cine al aire libre.

Mientras, en los medios de comunicación, otros hacen ostentación del buen cine que ponen para deleite de propios y extraños… Gracias a la Junta, Diputación y Mancomunidad… Es decir, que lo pagamos todos pero es solo para ellos, sus niños y su sistema.

Es que 30 años de mando dan para mucho. Y seguirán viviendo de las rentas todavía un poco más.