La democracia de Cayo y Vara · Julia Coco Castón · Montijo
Cayo Lara pretende juzgar y
castigar a IU Extremadura porque “Los diputados de IU son hombres de palabra”.
Y han actuado tal y como habían aprobado democrática y mayoritariamente las
bases en asambleas abiertas, decisión que consideran "moralmente
vinculante": aceptando los resultados salidos de las urnas el 22 de mayo
en que los extremeños daban como ganador al PP.
Ha indicado que aquel procedimiento fue
correcto. Pero antes está su compromiso con el PSOE (no advertido al electorado
previamente a las elecciones, cuando el discurso para captar votos era todo lo
contrario). Llevando la contraria a la voluntad de los extremeños que
mayoritariamente han decidido que no quieren que les gobierne más el PSOE. Y
tiene el cinismo de llamar a este tejemaneje “Comisión de Arbitraje y Garantías
Democráticas”.
Asimismo Cayo ha expresado su
"rotunda desautorización política" de la decisión adoptada por el
Consejo Político Regional de IU de Extremadura, que ha desoído "la
petición expresa en sentido contrario". IU "no le da ni le quita nada
a nadie" Lara sigue haciendo caso omiso a los extremeños que algo tendrán
que decir sobre su propio futuro. ¿NO?
Dice que IU Extremadura y sus
diputados no representan hoy la política de Izquierda Unida (¡Afortunadamente!).
Porque no respeta "la confianza en la palabra dada a la ciudadanía y el
compromiso solemne dado en campaña electoral, principio fundamental para una
fuerza política que se reclama de izquierda y que pretende ser creíble". ¡Miente!
El compromiso solemne a que hace
referencia Cayo Lara fue que “gobernaría la lista más votada (PP) y que IU es
independiente del PP y del PSOE”. Y es precisamente esto lo que quiere impedir
Cayo Lara, manifiestamente dependiente del PSOE, en contra de Extremadura.
Por su parte el PSOE, en boca de
su portavoz, no para de amenazar y presionar para seguir gobernando en esta
región de la que han hecho su particular feudo al que no permiten escapatoria
alguna.
En anteriores municipales el PSOE
perdió muchos votos pero Blanco sentenció: "Hemos perdido votos, pero
hemos ganado poder". Así fue, gracias a los pactos que sin ser ilegales,
rozan el fraude, y traicionan el espíritu democrático. Sino que vayan en
coalición a las elecciones. Para que todos lo sepamos con antelación.
Felipe González remacha: "En momentos duros como este, partido, partido y
partido". Un partido como este ha perdido su razón de ser, porque
solamente se sirven a sí mismos.
El PSOE extremeño ha gobernando
siempre al dictado de Madrid y a espaldas de los intereses de Extremadura. A
los hechos me remito. Vara no tuvo libertad de movimiento ni siquiera cuando
quiso retirarse tras el batacazo del 22-M. A la voz de ¡ya!, acató la
democrática orden de Ibarra, recordemos aquello de: “¡De aquí no se mueve
nadie!” Y se quedó y aún sigue esperando gobernar ilícitamente.
"A+Democracia, Mejor
PSOE" ha presentado un manifiesto, firmado por Leonor Martínez-Pereda
Soto, ex consejera de Fomento con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el
catedrático en Ciencias Políticas Ramón Cotarelo; junto a agrupaciones del
PSOE, entre otros, que afirma que "muchos" de los militantes del PSOE
se sienten "indignados ante el inmovilismo y la democracia tutelada y de
bajo perfil" presente en las listas socialistas. Dicen que "tienen poco
o nada que decir en congresos, primarias y conferencias políticas",
momentos en los que se encuentran "repletos de filtros y controlados por
la elite".
Jaúregui está indignado dice que
"Izquierda Unida no ha respondido a la lógica de un electorado mayoritario
de izquierdas que le dio entrada en el Parlamento no para que gobierne la
derecha, sino para que fuera posible la continuidad de un gobierno de progreso
en Extremadura". ¿El progreso del PSOE? ¡Vamos, que si Jáuregui llega a
barruntarse que IU le iba salir un poquillo rebelde, no los deja entrar en la Asamblea de Extremadura
por mucho que les hayan votado los extremeños!
Para rematar la faena, Ibarra recupera la confrontación recurriendo a la
memoria histórica y “las cicatrices de la guerra Civil” y alecciona a Vara de
que no se le vaya a ocurrir llegar a acuerdos en nada con el PP.
Llamazares ha considerado "un
error no estratégico", con consecuencias para el resto del Estado, que IU
Extremadura posibilite el gobierno José Antonio Monago. Cínicamente miente: ese
gobierno lo ha posibilitado el electorado extremeño. Al servicio del cual están
todos los elegidos, cosa que frecuentemente olvidan.
Dice que "Un error estratégico es no darse cuenta de lo que está pasando,
ignorar que la movilización del 15-M está para quedarse y no transformarse, no
cambiar. Esto es una interpelación al cambio de las fuerzas de izquierdas,
progresistas cuanto más tarde lo hagamos peor".
¡Vamos, que a sabiendas, Vara,
Lara y Llamazares pretenden imponer en Extremadura la dictadura de “sus
izquierdas” (que no de la
Izquierda) y a eso llaman “garantía democrática”!
Dice Pedro Escobar: "No
quiero, ni me imagino ni puedo ponerme en el caso de que alguien me eche de mi
propia casa, a la que he contribuido a mantener y construir".
No hay motivo para ello. Pero lo van a intentar. Porque los extremeños, lejos
de indignarnos, tragamos con todo.
Cayo Lara pretende juzgar y castigar a IU Extremadura porque “Los diputados de IU son hombres de palabra”. Y han actuado tal y como habían aprobado democrática y mayoritariamente las bases en asambleas abiertas, decisión que consideran "moralmente vinculante": aceptando los resultados salidos de las urnas el 22 de mayo en que los extremeños daban como ganador al PP.
Ha indicado que aquel procedimiento fue correcto. Pero antes está su compromiso con el PSOE (no advertido al electorado previamente a las elecciones, cuando el discurso para captar votos era todo lo contrario). Llevando la contraria a la voluntad de los extremeños que mayoritariamente han decidido que no quieren que les gobierne más el PSOE. Y tiene el cinismo de llamar a este tejemaneje “Comisión de Arbitraje y Garantías Democráticas”.
Asimismo Cayo ha expresado su "rotunda desautorización política" de la decisión adoptada por el Consejo Político Regional de IU de Extremadura, que ha desoído "la petición expresa en sentido contrario". IU "no le da ni le quita nada a nadie" Lara sigue haciendo caso omiso a los extremeños que algo tendrán que decir sobre su propio futuro. ¿NO?
Dice que IU Extremadura y sus diputados no representan hoy la política de Izquierda Unida (¡Afortunadamente!). Porque no respeta "la confianza en la palabra dada a la ciudadanía y el compromiso solemne dado en campaña electoral, principio fundamental para una fuerza política que se reclama de izquierda y que pretende ser creíble". ¡Miente!
El compromiso solemne a que hace referencia Cayo Lara fue que “gobernaría la lista más votada (PP) y que IU es independiente del PP y del PSOE”. Y es precisamente esto lo que quiere impedir Cayo Lara, manifiestamente dependiente del PSOE, en contra de Extremadura.
Por su parte el PSOE, en boca de su portavoz, no para de amenazar y presionar para seguir gobernando en esta región de la que han hecho su particular feudo al que no permiten escapatoria alguna.
En anteriores municipales el PSOE
perdió muchos votos pero Blanco sentenció: "Hemos perdido votos, pero
hemos ganado poder". Así fue, gracias a los pactos que sin ser ilegales,
rozan el fraude, y traicionan el espíritu democrático. Sino que vayan en
coalición a las elecciones. Para que todos lo sepamos con antelación.
Felipe González remacha: "En momentos duros como este, partido, partido y
partido". Un partido como este ha perdido su razón de ser, porque
solamente se sirven a sí mismos.
El PSOE extremeño ha gobernando siempre al dictado de Madrid y a espaldas de los intereses de Extremadura. A los hechos me remito. Vara no tuvo libertad de movimiento ni siquiera cuando quiso retirarse tras el batacazo del 22-M. A la voz de ¡ya!, acató la democrática orden de Ibarra, recordemos aquello de: “¡De aquí no se mueve nadie!” Y se quedó y aún sigue esperando gobernar ilícitamente.
"A+Democracia, Mejor PSOE" ha presentado un manifiesto, firmado por Leonor Martínez-Pereda Soto, ex consejera de Fomento con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el catedrático en Ciencias Políticas Ramón Cotarelo; junto a agrupaciones del PSOE, entre otros, que afirma que "muchos" de los militantes del PSOE se sienten "indignados ante el inmovilismo y la democracia tutelada y de bajo perfil" presente en las listas socialistas. Dicen que "tienen poco o nada que decir en congresos, primarias y conferencias políticas", momentos en los que se encuentran "repletos de filtros y controlados por la elite".
Jaúregui está indignado dice que
"Izquierda Unida no ha respondido a la lógica de un electorado mayoritario
de izquierdas que le dio entrada en el Parlamento no para que gobierne la
derecha, sino para que fuera posible la continuidad de un gobierno de progreso
en Extremadura". ¿El progreso del PSOE? ¡Vamos, que si Jáuregui llega a
barruntarse que IU le iba salir un poquillo rebelde, no los deja entrar en la Asamblea de Extremadura
por mucho que les hayan votado los extremeños!
Para rematar la faena, Ibarra recupera la confrontación recurriendo a la
memoria histórica y “las cicatrices de la guerra Civil” y alecciona a Vara de
que no se le vaya a ocurrir llegar a acuerdos en nada con el PP.
Llamazares ha considerado "un
error no estratégico", con consecuencias para el resto del Estado, que IU
Extremadura posibilite el gobierno José Antonio Monago. Cínicamente miente: ese
gobierno lo ha posibilitado el electorado extremeño. Al servicio del cual están
todos los elegidos, cosa que frecuentemente olvidan.
Dice que "Un error estratégico es no darse cuenta de lo que está pasando,
ignorar que la movilización del 15-M está para quedarse y no transformarse, no
cambiar. Esto es una interpelación al cambio de las fuerzas de izquierdas,
progresistas cuanto más tarde lo hagamos peor".
¡Vamos, que a sabiendas, Vara, Lara y Llamazares pretenden imponer en Extremadura la dictadura de “sus izquierdas” (que no de la Izquierda) y a eso llaman “garantía democrática”!
Dice Pedro Escobar: "No
quiero, ni me imagino ni puedo ponerme en el caso de que alguien me eche de mi
propia casa, a la que he contribuido a mantener y construir".
No hay motivo para ello. Pero lo van a intentar. Porque los extremeños, lejos
de indignarnos, tragamos con todo.





















