Esta mañana he recurrido a la hemeroteca de los artículos que publico en la “Tribuna” de Crónicas de un Pueblo. Me gusta, de vez en cuando, releerlos porque el pasado, en ocasiones, te adentra en la actualidad y realidad más cercana.

El domingo 24 de octubre del año pasado, subía a esta “Tribuna” el artículo “Va en serio”, en el que hacia referencia al nombramiento del entonces presidente de Aragón, don Marcelino Iglesias, designado por Zapatero como Secretario de Organización del PSOE, en sustitución de Leire Pajín.

Tras el nombramiento, don Marcelino, vino a decir “Empezamos un momento nuevo en el que todos nos tenemos que poner las pilas. Yo les aseguro que esta nueva etapa del PSOE va en serio”. En aquel artículo -finales de octubre del año pasado- le preguntaba ¿Y antes don Marcelino, qué ha hecho su partido? ¿Han estado de cachondeo, de vamos a tomar una copita, de apure que te llene que los chupitos los paga la casa?

Don Marcelino es un hombre que gusta tomar muchos cafés. Asegura que tomando un café los asuntos le han ido muy bien. En aquella ocasión, la del artículo, me alegraba por su nombramiento como Secretario de Organización del PSOE. También le felicitaba por la promesa realizada, entonces, a la ciudadanía “…esta nueva etapa del PSOE va en serio”. Prometía a don Marcelino, que si solucionaba algunos de los problemas que tienen los españoles, me tomaría por él todos los cafés posibles.

Había entonces, mes de octubre, 4.600.000 parados en España, hoy hay 5.000.000 millones de personas que no tienen empleo. En Extremadura, don Marcelino, en el mes de octubre de 2010, 116.000 personas no tenían trabajo, ahora son 125.000 los parados. Ayer, don Marcelino, la OCDE aseguró que España no podrá recuperar hasta el año 2026 los índices de empleo anteriores a la crisis económica que su jefe, don José Luis Rodríguez Zapatero, negaba y negaba cuando eran evidentes. Don Marcelino hacen falta 15 años. Quince años, don Marcelino. Joder que me voy al cortijo de los callados, a la otra vida, y sigo escribiendo “Menos paro quiero yo”.

Esta mañana he roto, lo siento don Marcelino, la promesa que le hice. Al leer que hasta el año 2026 el paro no tenía solución, me quedé anonadado, noqueado, sin aliento, sin respiración, sin palabras. Desde el interior una voz me interpelaba ¡Adiós a la borrachera de café por don Marcelino! Al verme en esta situación, el camarero me ha ayudado a salir de mi perplejidad “Tómese un café bien cargado, le vendrá bien”. Le respondí “Uno corto, no. Largo, tampoco. En tazón de migar. Sí, muy grande, en tazón de migar”.  ¡Qué borrachera, don Marcelino, hasta el año 2026!