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Ana María Moreno Vaquera | 647
Miércoles, 09 de Marzo de 2011
Directora del Centro EPA “Eugenia de Montijo”

María José Soltero López

­­­­· «Molestaba la opinión de quienes pensaban que por estar en el Ayuntamiento te podías lucrar en exceso»


De aspecto dulce y sosegado, parece no enfadarse nunca o, si lo hace, siempre sabe conservar la compostura.
Esa discreción que la caracteriza la acompañó durante los 8 años en los que, siendo esposa de Juan Carlos Molano fue la primera autoridad montijana. Mujer contemporánea encontró el lugar en la sociedad que libremente eligió y que sus estudios la facultaron. La recuerdo asistiendo, desde siempre, a múltiples actos públicos, unas veces como testigo, otras como partícipe o como una ciudadana más. Hoy dirige con acierto un centro educativo para adultos que, a consecuencia de la crisis económica, acoge cada año a más alumnado..”Uno de los mejores de la provincia”, nos comenta orgullosa María José Soltero

Natural de Montijo, hija de Nicomedes Soltero y Antonia López. El matrimonio tiene tres hijos, ella, la mayor, Catalina y Antonio. Su padre trabajó con su hermano Francisco como carpintero en “el estillero”, de la calle Gabriel y Galan, donde está también el domicilio familiar. Su madre era ama de casa.
Casada con Juan Carlos Molano Gragera, tienen una hija llamada Elisa, con 27 años.

Pasa su infancia en su pueblo natal, ¿cómo transcurre?
Como cualquier niña de aquellos años, jugando en la calle cuando te dejaban, ayudando en casa, hacías pequeños recados y para estar “recogidas” nos mandaban a la escuela de “cagones” ya que no había párvulos.
De allí al Padre Manjón, hoy Casa de la Cultura.La recuerdo con cariño y por la gran diferencia con la educación actual pues solo teníamos una maestra, en mi caso se llamaba doña María. Distribuidos por sexos, los niños en la parte baja del edificio y las niñas en la parte alta. Los recreos se hacían en el Atrio de la iglesia (los niños) y las niñas en el patio del edificio, todo marcado por la pedagogía del momento,los cantos políticos, los rezos, las labores para las niñas, la leche en polvo, el babi, las trenzas, la primera comunión … Allí estuve hasta los trece años. Mi última maestra fue doña Amalia.
En 1967 se inaugura el primer instituto de Montijo el “Vegas Bajas” gracias al cual muchos jóvenes tuvimos la oportunidad de continuar el bachillerato.

Cursa estudios universitarios ¿dónde?
En Badajoz comencé los estudios universi-
itarios de maestros. El primer año estuve en una residencia regentada por religiosas, pues vivir en un piso no era muy común en aquella época. En los siguientes años viví con mi familia, ya que mi padre por unos años trasladó su ocupación laboral a Badajoz, entre otras cosas, para que yo y después mis hermanos pudieran estudiar sin agobios económicos.

¿Le gusta seguir viviendo aquí?
Pues sí, y además lo hago con mucho gusto pues he elegido conscientemente esta opción. No me gustan para vivir las grandes urbes y pienso que Montijo goza de todo lo necesario y también vive la mayor parte de mi familia. También conservar las amigas de la infancia y juventud, para mí es fundamental, aunque desgraciadamente alguna ya falleció como María del Carmen Cuellar, otras viven fuera o han ido cambiado con el tiempo debido a la evolución lógica, pero sí, te diría que conservo buenas relaciones.

¿Por qué elige la carrera de maestra?
El primer empeñado para que siguiera estudiando siempre fue mi padre, que nos decía que la mejor herencia era estudiar, de lo contrario ahora mi rumbo probablemente no sería el actual, quizás hubiera sido modista, dependienta… que era lo normal para una mujer.
Al elegir la carrera, sinceramente, lo primero que tuve en cuenta fue la duración de los estudios, mi familia ya hacía un gran esfuerzo para que sus hijos estudiaran sin ninguna ayuda. Así que cuanto antes, mejor, y cerca, para ser menos gravoso.
Y no me arrepiento, mi satisfacción profesional es plena y tengo todavía amplias expectativas pues el mundo de la educación cambia a pasos agigantados.

¿Cuántos destinos ha tenido ?
La verdad es que no han sido muchas escuelas; los primeros años ejercí como interina y después de aprobar las oposiciones como propietaria en varios: Torremayor, La Garrovilla, Puebla de la Calzada, Calera de León, Villanueva de la Serena, Mérida y en Montijo.

Desemboca en Montijo ¿dónde?
En una escuela ordinaria, durante un curso en el colegio Virgen de Barbaño, como apoyo y sustituciones y labores de secretaria ayudando a la directora, Carmen..
En 1986 accedí mediante la presentación de un proyecto, en un concurso de méritos, al Centro de Adultos que llevaba poco tiempo,como propietaria provisional. En 1991, mediante petición propia por el concurso de traslado, me concedieron la plaza definitiva. Y allí continuaré, hasta mi jubilación.

¿Qué objetivos se marca como directora?
La dirección la obtuve en 2.003, mediante el sistema de libre designación, ya que los Consejos Escolares en los Centros de Adultos se han creado recientemente.
Mi primer objetivo sería combatir el fracaso escolar ya que nos situamos, según todos los informes de la UE a la cabeza en la tasa de abandono escolar, con elevado porcentaje de jóvenes que no completan la enseñanza obligatoria y no poseen ninguna formación profesional, lo que les lleva a un horizonte sombrío.

¿Socialmente como está considerada la enseñanza de adultos en EPA?
Ha pasado por varias etapas. Los CEPAS fueron creados para las poblaciones más desfavorecidas y socialmente muchas personas tenían recelos de poner “sus pies” en ellas. Parecía que era un desprestigio estudiar allí, concretamente yo oí a personas decir que no iban porque había “maleantes” y “drogadictos”, y te digo que no es verdad, que son trabajadores deseosos de obtener la titulación necesaria.
Hoy, proceden de clase media, en su mayoría jóvenes que han abandonado los institutos y los adultos, sobre todo trabajadores, con ansias de mejorar u obtener la titulación para un trabajo y tampoco faltan gran diversidad de profesionales, jubilados, amas de casa… incluidos compañeros de la enseñanza, en las clases de informática.

¿Con qué personal cuenta?
Te comento un dato. El primer curso de funcionamiento,1982-83,se matricularon para obtener el título de Graduado Escolar 82 personas. El curso pasado, una media de 500 alumnos, siendo ahora más difícil obtener la titulación pues lo que impartimos es el Graduado en Secundaria y sólo somos cinco profesores de enseñanza primaria y dos de Formación Profesional para atender los Programas de Cualificación Profesional Inicial.

Importancia de la enseñanza de adultos.
Yo qué voy a decir, para mí la educación ocupa el lugar preferente y la meta debe ser la formación de toda la población, que nadie sea excluido por falta de “un papel” (título) para obtener un trabajo. Quizás muchas personas digan que ya para qué van a estudiar, pero la vida da muchos cambios y nunca sabemos que vamos a necesitar. Sobre todo ahora, que estamos viviendo una enorme crisis y muchos se han quedado sin trabajo, vemos cómo un gran número de personas no poseen ninguna cualificación y ahora tienen que volver a retomar sus estudios, y saben que es el único centro educativo, donde digamos, se expide este título, para encontrar, mejorar, el empleo o seguir ampliando estudios.
En nuestras manos tenemos el poder de moldear para bien o para mal al futuro ciudadano.La responsabilidad es alta y muchas personas toman un camino u otro por la educación que han recibido ya que el maestro al realizar su oficio transmite los conocimientos para conocerse a sí mismo, da enfoques para ver el mundo, a desarrollar la propias ideas, el espíritu crítico…

En su juventud comienza a independizarse la mujer ¿cómo lo vivió?
De forma apasionante. Digamos que el mundo empieza a verse de forma diferente, por un lado mi vida diaria estaba en Badajoz pues sólo veníamos a Montijo los fines de semana, por otro fueron años de gran agitación política, antes de la entrada de la democracia y se vivía la ebullición que se avecinaba.
A nivel de diversión en Montijo fueron los años que estaba en auge el “Hotel Colón”, con actuaciones de cantantes y la gran cantidad de personas que movía.
A nivel individual mi objetivo era estudiar y aprobar, aún así, tuve tiempo para ir formándome en otros aspectos.

¿Cómo conoce a su marido? ¿Se le vislumbraba ya la vocación política?
Cuando conozco al que luego sería mi futuro marido, estaba todavía en Badajoz sin haber terminado la carrera y mi preocupación fundamental era acabar los estudios y encontrar trabajo.
Él acababa de regresar de Madrid, donde había estudiado sociología y en política se empezaba veladamente a tratar de cambiar lo establecido, al principio todo en la clandestinidad pero con tímidos intentos para transformar a nuestra manera la realidad. Para aclararnos, estoy situándote antes de la muerte de Franco, y en nuestro entorno, con jóvenes estudiantes, trabajadores… se creó una asociación cultural a través de la cual organizábamos, después de pedir los correspondientes permisos para la censura, festivales de poesía y canción, un cine club, teatros,… en fin ,sí se intuía su preocupación para que Montijo cambiara. Después llegó la democracia y todo lo que sabemos vino a continuación.

Esposa de alcalde durante 8 años. ¿Se sintió primera dama? ¿Qué papel desempeñó durante su mandato?
Pues sinceramente nunca me sentí primera dama durante las dos legislaturas que fue alcalde de Montijo, además de diputado provincial en la Diputación de Badajoz.
Siempre he procurado un discreto plano pues tenía consciencia que todo pasaría, que las amistades fantasmas desaparecerían y que los auténticos amigos permanecerían, y yo sigo siendo la misma: antes, durante y después. Por tanto yo era una vecina más que llevaba también su rumbo, perteneciendo, colaborando o aprendiendo en distintas facetas o asociaciones locales como la Agrupación Agla, Protección Civil, Banda de Música… Además por aquella época nuestra hija era pequeña y eso ocupaba gran parte del tiempo.

¿Cómo influyó en su vida personal? ¿Marcó de alguna forma su vida familiar?
Es difícil explicar, sientes que todo el mundo te conoce, pero también por mi familia, por el trabajo, la cantidad de adultos que le has dado clases y la vida familiar, pero nada más.
Respecto a la segunda pregunta, el día a día siempre estaba marcado por alguna preocupación, la rabia por no poder solucionar todos los problemas, (ni siquiera la mitad), te disgustabas más de lo normal, pues todos tenían un rostro conocido, un nombre. Y sobre todo, te indignaba cuando te llegaban los bulos malintencionados, los comentarios malignos…, se decía de todo.
Sobre todo molestaba la opinión de quienes pensaban que por estar en el Ayuntamiento te podías lucrar en exceso, pero todo fue transparente y referente al sueldo que percibía, aún con dedicación exclusiva, se podía y puede comprobar fácilmente, que fueron 50.000 pesetas, hoy 300 euros y sin tener seguridad social y hasta que no se regularizó legalmente la situación de los cargos públicos ,él mismo se pagaba la seguridad social para poder recibir las prestaciones sanitarias. Por otro lado, sus desplazamientos eran en el coche de su padre o el mío, el tren, nada de coche oficial, chófer… nada de eventos superfluos, nada de derroche del dinero público, nada de privilegios por el cargo.

¿Se imagina a Molano fuera de la política?
Rotundamente no, para él es un trabajo y además incansable, demostrado una y otra vez, a pesar de los resultados negativos en alguna legislatura.
No lo ha hecho por dinero, ni prestigio social, ni alcanzar mejor puesto, aunque es difícil hacer cambiar de opinión a aquellos que piensan que todos los políticos son iguales y que todos son corruptos, y para mí y también para muchas personas, él rompe esa opinión y lo ha demostrado durante toda su trayectoria siendo coherente con sus principios.

Acompañó a su marido en su trayectoria política. ¿Le influyó de alguna manera?
Puedo decir que nunca he influido en su modo de actuar ya que sus convicciones y sus ideas son tan claras y profundas que no necesita interferencias. Por supuesto compartimos, opinamos, pero nunca he comprobado que hiciera lo que yo opinara. Tampoco me he sentido un florero, yo tengo mi propia identidad, la cual cultivo e intento mejorar cada día tratando de ser tolerante, comprensiva, justa, ecuánime, honrada, es decir, ser todo lo positivo que una persona puede ser, sea hombre o mujer.

¿Le gusta la política?
Según nuestra Constitución la pertenencia a un partido político es legal, por tanto debería ser normal y no sentir rechazo a todo lo que conlleva la pertenencia a uno. Por otro lado cuando se asiste, por ejemplo, a la inauguración y se bendice un campo de fútbol o un hogar del pensionista ese hecho también conlleva una carga ideológica.
En definitiva ya lo dijo alguien “todo es política”, y respecto al sentido de tu pregunta siendo sincera, siempre he dicho que “Con uno en la familia ya es bastante”.

¿Cómo recuerda Montijo en su infancia?
Primero lo positivo, sobre todo colores, los olores, el olor especial cuando llegaba la feria, las prisas para ver los “cohetes”, hacer cola para montar en los “cacharritos”, los juegos en la calle corriendo, ir en San Blas al Cerro San Gregorio para probar la chacina del año, las sesiones del cine infantil del “Emperatriz” de invierno, la tarde de los domingos, las vecinas de la calle de mi familia llevándote siempre algo para probar, las matanzas en invierno…
Después reflexiono y realmente no sé como pudimos “sobrevivir” si lo comparamos con el momento actual, montábamos en bicicleta sin casco, ni luces, jugábamos en la calle y volvíamos cuando se ponía el sol, sin lesiones, sin perdernos, íbamos solitos a la escuela y sin teléfonos móviles. Se jugaba con lo que había a mano: un palo, una soga, el diábolo, una pelota… sin ordenadores, chat, blogs, videoconsolas…; a la escuela no íbamos cargados de libros, sólo una cartilla o quizás la enciclopedia Alvárez y si algún niño no era tan inteligente y repetía no había ningún trauma, éramos felices con unos lápices de colores y, si acaso, con un bolígrafo de dos colores para los más afortunados; leíamos tebeos y cuentos, que nos prestábamos y cambiábamos, cosa que ahora la ministra Sinde quiere prohibir, sin televisión, ni clases de idiomas, ni danza, ni tenis, ni golf, ni piano… no te podías bañar hasta no hacer la digestión y todo era pecado, incluso cuando se inventó la minifalda estaba mal visto. Todo era esperar, esperar al novio que estaba en la “mili”, los largos años de novios, el tiempo para la confección del ajuar… mirando atrás es difícil creer que sigamos vivos.

Y el Montijo del principio de la democracia, con Juan Carlos en el poder.
Los años 80 se vivieron ilusionados por la eclosión política que surgía después de la dictadura, comenzó la llamada transición y con ella los profundos cambios: el pacifismo, la apertura, el sindicalismo…, fueron años irrepetibles, todo estaba por hacer, todo era posible. España comenzó a evolucionar muy rápido y también Montijo, y ese cambio fue dirigido por aquel primer equipo de hombres y mujeres surgido de las primeras elecciones de la democracia que, de un signo u otro, se lanzaron al compromiso de dirigir nuestro pueblo, con escasos medios económicos, sin el número de empleados públicos que hoy tiene el Ayuntamiento y con un paro equiparable al actual.
Ese compromiso también fue por la educación y la cultura y así hoy se puede decir que la mayor parte de los movimientos y asociaciones que existen se crearon, potenciaron o animaron en aquellos años como el grupo de bailes regionales Agla, la Coral, la Banda de Música, el Conservatorio, Protección Civil, Radio Montijo, hogar de pensionistas… la revitalización de fiestas populares antiguas que ya habían desaparecido como San Blás, la Velá de San Antonio, los Carnavales (fuimos los primeros, por delante de Mérida y Badajoz en volver a salir con las máscaras a la calle) o la potenciación de actividades deportivas como el día de la bicicleta… y con proyecciones de películas, teatros, conciertos de música…en fin es imposible resumir toda aquella experiencia.

¿Actualmente cómo le gustaría Montijo?
Se merece y puede ser el pueblo que lidere nuestra comarca ya que podemos tener los recursos y el potencial humano Contamos con nuestros jóvenes que están mejor preparados que nuestra generación y en sus manos está el futuro, siendo ideal que se quedaran en nuestra tierra y no tener que emigrar en busca de trabajo.
Me gustaría que en ”el Montijo“ del futuro no existieran las calles sucias, con las recogidas de basuras soterradas, que albergara zonas verdes con árboles donde los niños jugaran sin peligros, con carril para bicicletas, con residencias suficientes para mayores, que los centros educativos acojan a personas deseosas de conocimiento, que hubiera un buen centro polivalente con cines, bibliotecas, juegos educativos, con actividades deportivas, con un museo donde se recordase todo nuestro pasado, que no se destruyera el patrimonio artístico que nos queda … En definitiva que las personas vivan y disfruten de la calidad de vida que todos deseamos.

¿Quiere añadir alguna cosa más?
Quiero agradecer a nivel personal la oportunidad que me habéis ofrecido para intentar expresar parte de mi vida íntima y personal y a nivel profesional, la buena disposición para publicar en vuestro medio de comunicación, cuantas noticias referidas al Centro EPA os enviamos.
Al mismo tiempo considero que la labor profesional que lleváis a cabo debe permanecer en el tiempo y que podéis sentiros orgullosos de llevar la información plural e independiente a toda nuestra comarca. Gracias.


Perfil

[Img #16244]NOMBRE: María José Soltero López.
EDAD: 56 años.
NACIMIENTO: Montijo.
PROFESIÓN: Trabajadora de la enseñanza.
RESIDENCIA: Montijo.
ESTADO CIVIL: Casada, madre de una hija.
UN LUGAR PARA PERDERSE: Cualquier pueblo pequeño.
UNA COMPAÑÍA: Familia, amigos, compañeros y un libro.
UNA LECTURA: “Memorial de un convento” de José Saramago.
UNA MÚSICA: La de una montijana, Manuela Roque.
UN HOBBY: Disfrutar de todo lo que ofrece la vida, leer, viajar…
UN SUEÑO: Un Montijo perfecto para vivir y del que los jóvenes no tengan que irse.­

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