Hoy voy a hacer de astrónomo
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        
        
                
        
        Permitidme que deje de ser psicólogo durante dos minutos y me ponga la capa de astrólogo. Hagamos un experimento: Imaginad que el siguiente mensaje va dirigido a vosotros y tratad de leerlo como si algo importante os fuese a revelar sobre vuestro carácter.
“A veces te das cuenta de que la opinión o crítica de los demás te preocupa más de lo que te gustaría. Si eso fuese distinto, algunas cosas cambiarían en tu vida.
Aunque tienes algunos defectos, eres capaz de compensarlos y seguir adelante con tu vida.
Tienes muchas cosas bajo control, pero en el fondo puedes sentir cierta ansiedad e inseguridad.
De vez en cuando dudas de la decisión que tomaste y te preguntas si hiciste lo correcto.”
¿Y bien?, ¿Os habéis sentido identificados? ¿No ha habido alguna parte de la predicción que os haya tocado directamente?
Por mal astrólogo que yo sea, seguro que esta descripción no es totalmente ajena a lo que sentís sobre vosotros mismos.
Pongamos que he acertado en varias cosas, ¿Cómo es posible? No os conozco de nada, no sé vuestro signo del zodiaco y he escrito esto para absolutamente todo el mundo.
He aquí la fuerza (y debilidad) de los horóscopos: valen para todo el mundo en casi cualquier situación.
La predicción que ofrecen es siempre general y ambigua. Da la sensación de explicar algo sobre ti, que en realidad compartes con toda la especie humana: Todo el mundo se ve influenciado por la opinión de los demás, somos seres sociales. Todo el mundo tiene defectos y trata de compensarlos a su manera. Todo el mundo siente ansiedad e inseguridad por muy controlada que tenga su vida, son emociones universales. Y por último, vivimos en una cultura hiper analítica con lo correcto e incorrecto, lo más probable es que, en una medida u otra, todos hayamos analizados nuestro pasado en esos términos.
Esto unido al sesgo de validación personal (o efecto Forest) que muestra cómo tendemos a descartar la información que no corrobora nuestra creencia de base y agrandar aquella que sí lo hace, nos ayuda a entender cómo funcionan estas predicciones.
Si dedicáis unos minutos a leer sobre vuestro signo astral sin duda os sentiréis identificados, no voy a negarlo. Sin embargo, esto mismo también os sucederá si leéis cualquier otro signo como si fuese dirigido a vosotros.
Os invito a comprobarlo investigando los rasgos de personalidad que se atribuyen a uno u otro signo sin saber a cuál corresponden y eligiendo el que creéis que os describe mejor, para luego descubrir si es el de vuestro nacimiento.
Mucha suerte.
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                            
    
    
	
    
Permitidme que deje de ser psicólogo durante dos minutos y me ponga la capa de astrólogo. Hagamos un experimento: Imaginad que el siguiente mensaje va dirigido a vosotros y tratad de leerlo como si algo importante os fuese a revelar sobre vuestro carácter.
“A veces te das cuenta de que la opinión o crítica de los demás te preocupa más de lo que te gustaría. Si eso fuese distinto, algunas cosas cambiarían en tu vida.
Aunque tienes algunos defectos, eres capaz de compensarlos y seguir adelante con tu vida.
Tienes muchas cosas bajo control, pero en el fondo puedes sentir cierta ansiedad e inseguridad.
De vez en cuando dudas de la decisión que tomaste y te preguntas si hiciste lo correcto.”
¿Y bien?, ¿Os habéis sentido identificados? ¿No ha habido alguna parte de la predicción que os haya tocado directamente?
Por mal astrólogo que yo sea, seguro que esta descripción no es totalmente ajena a lo que sentís sobre vosotros mismos.
Pongamos que he acertado en varias cosas, ¿Cómo es posible? No os conozco de nada, no sé vuestro signo del zodiaco y he escrito esto para absolutamente todo el mundo.
He aquí la fuerza (y debilidad) de los horóscopos: valen para todo el mundo en casi cualquier situación.
La predicción que ofrecen es siempre general y ambigua. Da la sensación de explicar algo sobre ti, que en realidad compartes con toda la especie humana: Todo el mundo se ve influenciado por la opinión de los demás, somos seres sociales. Todo el mundo tiene defectos y trata de compensarlos a su manera. Todo el mundo siente ansiedad e inseguridad por muy controlada que tenga su vida, son emociones universales. Y por último, vivimos en una cultura hiper analítica con lo correcto e incorrecto, lo más probable es que, en una medida u otra, todos hayamos analizados nuestro pasado en esos términos.
Esto unido al sesgo de validación personal (o efecto Forest) que muestra cómo tendemos a descartar la información que no corrobora nuestra creencia de base y agrandar aquella que sí lo hace, nos ayuda a entender cómo funcionan estas predicciones.
Si dedicáis unos minutos a leer sobre vuestro signo astral sin duda os sentiréis identificados, no voy a negarlo. Sin embargo, esto mismo también os sucederá si leéis cualquier otro signo como si fuese dirigido a vosotros.
Os invito a comprobarlo investigando los rasgos de personalidad que se atribuyen a uno u otro signo sin saber a cuál corresponden y eligiendo el que creéis que os describe mejor, para luego descubrir si es el de vuestro nacimiento.
Mucha suerte.






 
                    















 
                     
                     
                     
                     
                    