Mientras esto nos dure · María José Esteban Cantero
Alguna vez, alguien te ha explicado que es la amistad!
Pues dicen que la conoces de diferentes maneras a lo largo de la vida, y tiene diferentes grados de importancia.
Y estoy de acuerdo. Pues te explico. Te cruzaste en mi vida, cuando mi cuerpo estaba fatigado, cuando mi mano necesitaba a alguien que le abriera el puño cerrado soportando dolor.
Sin darte cuenta me estabas dando todo el apoyo que necesitaba sin saberlo sin nombrártelo, te dejé guiar mis momentos, esos que eran como espigas para el alma, que de día me dañaban y de noche me aturdían.
Sin darte cuenta tus palabras me hacían un sendero diario que mi mente sin saberlo buscaba para poder caminar, así entre los pactos que en los días malos crecen en tu vereda, pero solo TÚ así sin saberlo los cortabas para que pudiera andar, mientras yo callaba sin decirte nada.
Tenía días extraños para este mundo que vivimos, de sombras que nos persiguen de claros y oscuros porque veía que el amor más grande de mi vida, mi padre, se me iba apagando poco a poco, era como una vela encendida porque aun estaba ahí para mí, pero lentamente se consumía como la cera que se deshace y no lo quieres ver, porque no puedes volverla a moldear es algo que ya das por perdido.
Quiero que recuerdes, que aunque no me lo notaste una tarde me temblaba el pulso y al mismo tiempo mi corazón porque se avecinaba una semana complicada y creía derrumbarme porque él no me abría sus ojos color cielo, pero un ángel llamó a la puerta y eras TÚ, tanto cariño percibió que ganaste la batalla ese día, los abrió. Fuiste un gran ejemplo de esta batalla donde en silencio te dije, es cierto que las guerreras nunca dejan de luchar, por tus experiencias pasadas, por tu dolor guardado que lo dejaste para tenderme un hombro para descargar mis emociones, y TÚ sin saberlo aún.
Nadie tiene respuestas para todo ni yo puedo encontrarlas, pero también sin saberlo, me dijiste hace poco, de todo se sale, porque conocías la parte de mí que se había marchado y con él se me fue. Pero desplegaste mis alas nuevamente enseñándome que no hay heridas que el tiempo no cure.
Acepté el reto de dejar al tiempo pasar acepté recuperar la sonrisa aunque con el alma dañada, pero con los sueños levantados, porque me has empujado a seguir con ellos.
A veces por momentos la vida la sentimos intensamente porque nos toca el alma, el fondo , el material sensible del cual estamos hechos, pero también hay un mundo infinito de sensaciones que te agarran para que vuelvas al punto inicial donde empezó todo, eso sí, de diferente manera, siempre con lo aprendido, con la alegría y la nostalgia acuesta, con los atardeceres y las noches que hacen que la libertad de expresión no duerma pase lo que pase.
Por todo esto quiero darte las gracias primero a ti, por tu positividad espero que seamos como la sombra que nunca se aleja, y el ruido de los días que pasan haciéndose notar.
Porque las historias comienzan cuando te dejas llevar, doy gracias a la vida por permitir nombrar la amistad, el tesoro más entrañable del ser humano que siempre te entiende sin necesidad de preguntar, porque la vida es un camino donde debemos aprender a caminar.
Para ti María Antonia Gómez
Alguna vez, alguien te ha explicado que es la amistad!
Pues dicen que la conoces de diferentes maneras a lo largo de la vida, y tiene diferentes grados de importancia.
Y estoy de acuerdo. Pues te explico. Te cruzaste en mi vida, cuando mi cuerpo estaba fatigado, cuando mi mano necesitaba a alguien que le abriera el puño cerrado soportando dolor.
Sin darte cuenta me estabas dando todo el apoyo que necesitaba sin saberlo sin nombrártelo, te dejé guiar mis momentos, esos que eran como espigas para el alma, que de día me dañaban y de noche me aturdían.
Sin darte cuenta tus palabras me hacían un sendero diario que mi mente sin saberlo buscaba para poder caminar, así entre los pactos que en los días malos crecen en tu vereda, pero solo TÚ así sin saberlo los cortabas para que pudiera andar, mientras yo callaba sin decirte nada.
Tenía días extraños para este mundo que vivimos, de sombras que nos persiguen de claros y oscuros porque veía que el amor más grande de mi vida, mi padre, se me iba apagando poco a poco, era como una vela encendida porque aun estaba ahí para mí, pero lentamente se consumía como la cera que se deshace y no lo quieres ver, porque no puedes volverla a moldear es algo que ya das por perdido.
Quiero que recuerdes, que aunque no me lo notaste una tarde me temblaba el pulso y al mismo tiempo mi corazón porque se avecinaba una semana complicada y creía derrumbarme porque él no me abría sus ojos color cielo, pero un ángel llamó a la puerta y eras TÚ, tanto cariño percibió que ganaste la batalla ese día, los abrió. Fuiste un gran ejemplo de esta batalla donde en silencio te dije, es cierto que las guerreras nunca dejan de luchar, por tus experiencias pasadas, por tu dolor guardado que lo dejaste para tenderme un hombro para descargar mis emociones, y TÚ sin saberlo aún.
Nadie tiene respuestas para todo ni yo puedo encontrarlas, pero también sin saberlo, me dijiste hace poco, de todo se sale, porque conocías la parte de mí que se había marchado y con él se me fue. Pero desplegaste mis alas nuevamente enseñándome que no hay heridas que el tiempo no cure.
Acepté el reto de dejar al tiempo pasar acepté recuperar la sonrisa aunque con el alma dañada, pero con los sueños levantados, porque me has empujado a seguir con ellos.
A veces por momentos la vida la sentimos intensamente porque nos toca el alma, el fondo , el material sensible del cual estamos hechos, pero también hay un mundo infinito de sensaciones que te agarran para que vuelvas al punto inicial donde empezó todo, eso sí, de diferente manera, siempre con lo aprendido, con la alegría y la nostalgia acuesta, con los atardeceres y las noches que hacen que la libertad de expresión no duerma pase lo que pase.
Por todo esto quiero darte las gracias primero a ti, por tu positividad espero que seamos como la sombra que nunca se aleja, y el ruido de los días que pasan haciéndose notar.
Porque las historias comienzan cuando te dejas llevar, doy gracias a la vida por permitir nombrar la amistad, el tesoro más entrañable del ser humano que siempre te entiende sin necesidad de preguntar, porque la vida es un camino donde debemos aprender a caminar.
Para ti María Antonia Gómez




















