Port-O-San
Los Pelaos
Pues me disponía a escribir sobre la feria de mi querido pueblo, pero lo resumo: vaya tomadura de pelo. ¿Qué porcentaje de actividades se programaron en nuestro recinto ferial? ¿Cuántas para un público de entre 18 y 40 años (música, ocio en general) que no fueran iniciativas privadas? ¿Cómo puedo cobrarte un pastón por poner una caseta en el recinto ferial y luego programar todas las actividades en el centro? Y por la noche, que empiezan a trabajar, por decirlo así, a las cinco o las seis se la mañana, ¿cómo puedo luego obligarte a cerrar a las ocho? Incongruencias de la vida.
Cambié de idea respecto al tema a tratar cuando, en las noticias, se hicieron eco del auge (relativo, menos mal) de los grupos radicales en algunos países (Hungría y Austria, entre otros). Hablo de los cerebros rapados, claro, levanten la mano que levanten; pero sobre todo de los pertenecientes a grupos con ideologías racistas y/o xenófobas. Creo que,… perdón, miento: sé que no se dan cuenta, porque las orejeras no les dejan ver, que en todos lados cuecen habas y que todos los países sufren emigraciones de población que busca otro sitio donde tener una vida mejor. Sin ir más lejos, muchos españoles partieron hacia Alemania en los 70, buscando trabajo. Argentina y Estados Unidos son naciones levantadas prácticamente a partir de la inmigración, al igual que Australia. No sé a ellos, pero a mí no me gustaría saber que en otro país se maltrata a mis vecinos, o hermanos. Aunque, a lo mejor, lo que tienen es miedo. Sí, sí, miedo. Pero no de que suba la delincuencia, ni de que los extranjeros ocupen puestos de trabajo (reservados… ¿para quién?) ni ninguna de esas paparruchadas que esgrimen como argumento, sino de que nos devuelvan la pelota. Es decir, viendo como los antiguos emigrantes europeos llegaron al resto del Mundo y se apoderaron de las tierras y recursos y, en un principio, oprimieron a las razas autóctonas para hacerse dominadores de una tierra que lo les pertenecía, quizá piensen que (igual que ellos) la gente vive aún en el pasado y vienen buscando venganza. Pues no, caballeros (aunque no es la palabra que mejor se les ajusta), no: afortunadamente, existe el mestizaje y la fusión de las culturas es una maravillosa realidad (valga como ejemplo la propia España, cuya tierra ha sido pisada por árabes, gitanos, íberos, romanos, y un largo etcétera).
Y cuando una persona ataca, por ejemplo, a los curas porque ve en ellos un signo maligno; o a las mujeres, porque tiene un trauma infantil; o a niños, porque disfruta dominando, o cualquier lindeza por el estilo, se les diagnostica una enfermedad psíquica y se le pone en tratamiento, ¿no? Pues a ver si lo de los pelaos estos va a ser del riego, tú.
Cambié de idea respecto al tema a tratar cuando, en las noticias, se hicieron eco del auge (relativo, menos mal) de los grupos radicales en algunos países (Hungría y Austria, entre otros). Hablo de los cerebros rapados, claro, levanten la mano que levanten; pero sobre todo de los pertenecientes a grupos con ideologías racistas y/o xenófobas. Creo que,… perdón, miento: sé que no se dan cuenta, porque las orejeras no les dejan ver, que en todos lados cuecen habas y que todos los países sufren emigraciones de población que busca otro sitio donde tener una vida mejor. Sin ir más lejos, muchos españoles partieron hacia Alemania en los 70, buscando trabajo. Argentina y Estados Unidos son naciones levantadas prácticamente a partir de la inmigración, al igual que Australia. No sé a ellos, pero a mí no me gustaría saber que en otro país se maltrata a mis vecinos, o hermanos. Aunque, a lo mejor, lo que tienen es miedo. Sí, sí, miedo. Pero no de que suba la delincuencia, ni de que los extranjeros ocupen puestos de trabajo (reservados… ¿para quién?) ni ninguna de esas paparruchadas que esgrimen como argumento, sino de que nos devuelvan la pelota. Es decir, viendo como los antiguos emigrantes europeos llegaron al resto del Mundo y se apoderaron de las tierras y recursos y, en un principio, oprimieron a las razas autóctonas para hacerse dominadores de una tierra que lo les pertenecía, quizá piensen que (igual que ellos) la gente vive aún en el pasado y vienen buscando venganza. Pues no, caballeros (aunque no es la palabra que mejor se les ajusta), no: afortunadamente, existe el mestizaje y la fusión de las culturas es una maravillosa realidad (valga como ejemplo la propia España, cuya tierra ha sido pisada por árabes, gitanos, íberos, romanos, y un largo etcétera).
Y cuando una persona ataca, por ejemplo, a los curas porque ve en ellos un signo maligno; o a las mujeres, porque tiene un trauma infantil; o a niños, porque disfruta dominando, o cualquier lindeza por el estilo, se les diagnostica una enfermedad psíquica y se le pone en tratamiento, ¿no? Pues a ver si lo de los pelaos estos va a ser del riego, tú.