Los atléticos estamos de luto. Ya te has ido Manolo. Estoy escribiendo estas líneas en el mismo momento que te están dando sepultura y no he podido resistir la tentación de escribirte estas palabras como despedida de parte de otra persona que ha compartido contigo un sentimiento difícil de explicar, casi una religión y hasta que el destino quiera, va a seguir defendiendo.

Y digo que es casi una religión porque, para los que no son atléticos, e incluso para nosotros, es muy complicado de entender.

Creo que el famoso anuncio de Papá, porque somos del Atleti, refleja a la perfección el sentimiento del que estoy hablando.

Y ese sentimiento, si había una persona en Montijo que lo defendiera ultranza, ese era Manolo, el del Gran Sol.
Desde el famoso doblete todo habían sido decepciones y malos ratos, pero nunca hicieron mella en nuestro sentimiento colchonero, aunque por dentro estuviéramos destrozados.

Pero fíjate si es grande nuestro Atleti, que parece como si hubiera sabido que te ibas ya, y que tenía que hacer un homenaje, y grande, a una persona de la familia atlética . Y por ello, fuera de todo pronóstico y para envidia de otros aficionados al Fútbol, ganó esta temporada pasada dos títulos europeos, lo que nos hizo sentirnos como los más grandes del mundo, sobre todo viendo como otros, acababan la temporada del mismo color que su camiseta.

Pero el precio que hemos pagado los atléticos por estos dos títulos, ha sido muy alto. Hubiera preferido que la temporada pasada tampoco hubiéramos ganado nada y que el lunes 17, hubieras podido ver el partido contra el Mallorca, y una vez mas enfadarnos con los fallos de Perea o alegrarnos con los goles de Forlán o Agüero.

Manolo, mi bandera del Atleti va a seguir ondeando en el balcón de mi despacho y espero que la tuya la hagas ondear allá donde estés, porque estoy seguro que aunque tu hayas muerto, el sentimiento atlético que llevabas dentro va a seguir vivo por los siglos de los siglos.

Adiós Manolo.