Revivir el deseo (algunos mitos) I
Según algunos estudios, en torno al 25% de los hombres y el 37% de las mujeres tiene bajo deseo sexual. Osea, no suelen tener fantasías eróticas y ha perdido el interés por mantener relaciones sexuales.
Es por lo tanto, una condición bastante frecuente entre la población.
Existen una serie de mitos bastante extendidos que, en mi opinión, dificultan que las personas que experimenten la pérdida de deseo como algo importante en sus vidas, puedan retomarlo o buscar ayuda para ello.
-1.“Ya no es propio de nuestra edad”. El cine, los medios de comunicación y los anuncios de colonia nos hacen pensar que el sexo es algo propio de la juventud, por lo que parecería que después de ésta, lo normal fuese que se redujese su actividad hasta extinguirse. Los niveles hormonales tienen su importancia, claro que sí, pero la sexualidad es algo mucho más amplio que un arrebato de pasión. La sexualidad es un área vital compuesta por comunicación, afecto, erotismo y contacto físico, que no se ve afectada, ni impedida, por cumplir años.
-2.“Desde que se produjo un fallo no hemos vuelto a poder”. Prácticamente el 100% de las parejas sufrirá un fallo en alguna de sus relaciones (dolor, pérdida de erección, dificultad para alcanzar el orgasmo, etc). No obstante, esto no significa que dicha condición sea crónica e imposible de superar. La mayoría de disfunciones sexuales tienen tratamientos eficaces y suelen remitir, volviendo a recuperar el nivel de funcionalidad previo.
-3.“Eso es que ya no le gusto”. Este es uno de los mitos más dañinos para la pareja, puesto que no se limita al ámbito erótico o sexual, sino que se suele hacer extensivo al resto de la relación. El deseo es una habilidad que se entrena y su pérdida suele tener que ver más con una falta de dedicación que con un cambio de preferencias o de aspecto físico de nuestra pareja. Cuanto más la entrenemos, más fortalecida y fácil de producir la tendremos. Por el contrario, cuanto más lo vamos dejando, esperando a unas supuestas ganas que tendrán que venir como caídas del cielo, más se oxida y olvida.
-4.“Es una consecuencia del tiempo que llevamos juntos”. El tiempo o la rutina no suelen ser los culpables de la disminución del deseo. Otra cosa distinta es la monotonía y dedicar poco tiempo al erotismo y los aspectos sexuales no coitales (los que corrientemente llamaríamos “preliminares”), además de las caricias, los besos y las muestras de cariño en general. Toda conducta que queramos que resulte atractiva durante mucho tiempo, debe tener una cierta dosis de variabilidad, de flexibilidad, de cambios.
No hay nada más aburrido que comer siempre lo mismo, aunque sea nuestro plato favorito.
Según algunos estudios, en torno al 25% de los hombres y el 37% de las mujeres tiene bajo deseo sexual. Osea, no suelen tener fantasías eróticas y ha perdido el interés por mantener relaciones sexuales.
Es por lo tanto, una condición bastante frecuente entre la población.
Existen una serie de mitos bastante extendidos que, en mi opinión, dificultan que las personas que experimenten la pérdida de deseo como algo importante en sus vidas, puedan retomarlo o buscar ayuda para ello.
-1.“Ya no es propio de nuestra edad”. El cine, los medios de comunicación y los anuncios de colonia nos hacen pensar que el sexo es algo propio de la juventud, por lo que parecería que después de ésta, lo normal fuese que se redujese su actividad hasta extinguirse. Los niveles hormonales tienen su importancia, claro que sí, pero la sexualidad es algo mucho más amplio que un arrebato de pasión. La sexualidad es un área vital compuesta por comunicación, afecto, erotismo y contacto físico, que no se ve afectada, ni impedida, por cumplir años.
-2.“Desde que se produjo un fallo no hemos vuelto a poder”. Prácticamente el 100% de las parejas sufrirá un fallo en alguna de sus relaciones (dolor, pérdida de erección, dificultad para alcanzar el orgasmo, etc). No obstante, esto no significa que dicha condición sea crónica e imposible de superar. La mayoría de disfunciones sexuales tienen tratamientos eficaces y suelen remitir, volviendo a recuperar el nivel de funcionalidad previo.
-3.“Eso es que ya no le gusto”. Este es uno de los mitos más dañinos para la pareja, puesto que no se limita al ámbito erótico o sexual, sino que se suele hacer extensivo al resto de la relación. El deseo es una habilidad que se entrena y su pérdida suele tener que ver más con una falta de dedicación que con un cambio de preferencias o de aspecto físico de nuestra pareja. Cuanto más la entrenemos, más fortalecida y fácil de producir la tendremos. Por el contrario, cuanto más lo vamos dejando, esperando a unas supuestas ganas que tendrán que venir como caídas del cielo, más se oxida y olvida.
-4.“Es una consecuencia del tiempo que llevamos juntos”. El tiempo o la rutina no suelen ser los culpables de la disminución del deseo. Otra cosa distinta es la monotonía y dedicar poco tiempo al erotismo y los aspectos sexuales no coitales (los que corrientemente llamaríamos “preliminares”), además de las caricias, los besos y las muestras de cariño en general. Toda conducta que queramos que resulte atractiva durante mucho tiempo, debe tener una cierta dosis de variabilidad, de flexibilidad, de cambios.
No hay nada más aburrido que comer siempre lo mismo, aunque sea nuestro plato favorito.