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Teo Cayetano
Teo Cayetano | 551
Miércoles, 09 de Enero de 2019 Actualizada Miércoles, 09 de Enero de 2019 a las 12:46:32 horas

Lo de Andalucía

 

Hace pocas semanas que se han celebrado las elecciones autonómicas en Andalucía y todavía nos se han apagado los ecos de todo el ruido mediático que se ha organizado en torno a los resultados.
En esta cita electoral el PSOE se ha dejado por el camino la friolera de 400.000 votos y 14 escaños, cayendo un 30% y logrando su peor resultado histórico; el PP no le ha ido a la zaga y ha sufrido un desplome del 22%, más de 300.000 votos y 7 escaños. Para que luego digan los más avispados que el bipartidismo está resistiendo ante la irrupción de los nuevos partidos. Que Santa Lucía les conserve la vista.
Mención aparte merecen Podemos e IU, que acudían ahora en coalición para beneficiarse de un reparto conjunto de diputados y se han dado el tortazo del siglo, porque sobre los resultados que sacaron por separado en 2015, han perdido 280.000 votos y ni siquiera han logrado mantener los 20 escaños que tenían entre los dos, cayendo hasta los 17. El declive de Podemos como alternativa política es ya imparable, arrastrando a IU en su caída. Una vez más, se comprueba que cuando Podemos e IU van de la mano, empeoran los resultados que sacan yendo cada uno por su lado. Por lo que a mí respecta, ojalá continúen persistiendo en su empeño. ¿Y los vencedores de estos comicios? Sin lugar a dudas, Ciudadanos, que ha credido nada menos que un 133% en apoyo electoral, ganando casi 300.000 votantes y proyectándose hasta los 21 diputados, más del doble de los 9 escaños de los que partían. Espectacular.
Y la otra gran revelación que acaparó todas las portadas, VOX, que salió de la nada y logró unos sorprendentes 400.000 votos y 12 escaños. Un exitazo tan rotundo como indiscutible.
El tremendo desastre que suponen estos resultados para el PSOE - que por primera vez va a perder el gobierno de Andalucía al no lograr sumar con Podemos e IU los 55 escaños necesarios para la mayoría absoluta - ha quedado eclipsado por el bochornoso espectáculo que han desatado los más hipócritas ante la irrupción de VOX en un parlamento autonómico. Y, al grito de “fascistas”, que resulta ya cansino, se rasgan las vestiduras quienes no han tenido ningún reparo en pactar con golpistas, separatistas y filoterroristas. Puro cinismo político.
Ni me gusta VOX, ni me gusta Podemos. Creo que, en el fondo, son lo mismo: populismo de derechas y populismo de izquierdas. Pero sólo eso, populistas, situados cada uno en un extremo del arco ideológico.
Y al final, como dice el refranero, los extremos se tocan. Ya lo hemos visto en otros países europeos y lo veremos también aquí. Démosle tiempo al tiempo, que ponga todo en su lugar.

 

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