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Mario López Sánchez | 122
Sábado, 27 de Noviembre de 2010

El extraño caso del socialismo mutante · Mario López Sánchez · Montijo

Es inquietante como un partido de izquierda ha encontrado en la dilapidación de la presunción de inocencia la forma más rápida y eficaz de afrontar ciertos problemas. Medidas como las propuestas por Pajín demuestran la futilidad que en principio se le presumía a una señora que no ha demostrado mérito alguno, ni en el plano profesional ni en el personal. Menos aun para desempeñar un cargo de la relevancia de una cartera ministerial.

Eliminar de forma automática la custodia de los hijos a un imputado por violencia de género suscita más interrogantes que respuestas. Pajín ignora los mecanismos del Estado de derecho. Y si no los ignora le merecen poco respeto. Una medida cautelar de semejante calibre es propia de fascistas iluminados que se autoproclaman guía de la humanidad. ¿Disparate? Mucho más. Aunque para hacerle entender a nuestra ministra de que estoy hablando tendré que ponerle un ejemplo más banal; algo así como si afirmáramos rotundamente que es una lameculos chupanardos debido a la rapidez con la que ha ascendido en el organigrama del partido. No hay duda que es una afirmación cruel. Igualmente ignora la presunción de inocencia y le imputa la más sucia forma de auparse en el poder, amen de atentar contra su dignidad. ¿Le parecería bonito, señora Ministra? Pues chica, por eso existe la presunción de inocencia. Un procesado no es culpable. Castigarle antes de probar las acusaciones es una aberración procesal, quizá tan grave como meter en el gobierno a trepas sin escrúpulos que están dispuestos a reventar el Sistema con tal de alimentar su Ego. 


Pero si grave es lo de Leire mucho más me parece lo de Rubalcaba, justificando la propuesta de su compañera con la excusa de que la seguridad de los niños, para ellos, los socialistas, es prioritaria a la presunción de inocencia. Me ponen los pelos de punta. ¡Señor Rubalcaba! La única forma posible de garantizar un mundo seguro para los niños es el mantenimiento de la presunción de inocencia como base de un proceso judicial. Y si no todo lo seguro que quisiéramos, al menos si un mundo justo. Si despachamos el Estado de derecho podrían empezar a justificarse comportamientos cada vez más aberrados con la excusa de la seguridad. ¿O no se acuerda de aquella famosa ley de vagos y maleantes? Pues hijo, el dictador que usted tanto criticó la aplicaba con la loable intención de ofrecer seguridad al pueblo. ¿O cree que hay alguna diferencia entre sus tesis y las de Franco? Y si las hay ¿Podría explicármelas?

Como si de una terrible mutación genética se tratara, este nuevo socialismo se ha convertido en una original y popular manera de ejercer el totalitarismo fascista de otras época, no solo con el caso expuesto anteriormente, sino con otros muchos, como la legislación antimacho, la gestión de la propiedad intelectual y la sobreprotección de las entidades financieras, de las que esteré encantado de hablar en los espacios que los medios me presten…

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