La ARMHEX afirma que la denuncia del alcalde Guadiana está "fuera de lugar"
José Manuel Corbacho, en nombre de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura, ha querido señalar respecto a la denuncia interpuesta por el alcalde de Guadiana, Antonio Pozo Pitel, a seis Ayuntamientos por incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que dicha denuncia “está fuera de lugar. Desde el punto de vista jurídico, los memoriales en recuerdo de las víctimas del franquismo, a los que hace referencia en 5 de sus 6 denuncias, no están contemplados en el artículo 15.1º de la Ley52/2007 de Memoria Histórica, porque obviamente no suponen exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar. Esas víctimas precisamente perecieron por permanecer leales al gobierno legítimo y legalmente constituido de la II República”.
Señala Corbacho que “la ley 52/2007 regula la retirada de la simbología franquista, por lo que creo que nada se opone a la existencia de monolitos, placas o recuerdos por parte de los republicanos que recuerden la legitimidad de este régimen y valor de los que lucharon por defenderlo. Así como la ley no puede oponerse a que asociaciones de memoria histórica o de republicanos coloquen placas conmemorativas de la persecución, la represión y el exterminio franquista contra los adversarios políticos y los vencidos. No es equiparable al intento de los nostálgicos de la Dictadura de colocar placas del mismo significado o aquellos que se instalaron por el régimen a mayor gloria de los vencedores, que incuestionablemente, si suponen una exaltación del golpe militar”.
Señala Corbacho que “la ley 52/2007 regula la retirada de la simbología franquista, por lo que creo que nada se opone a la existencia de monolitos, placas o recuerdos por parte de los republicanos que recuerden la legitimidad de este régimen y valor de los que lucharon por defenderlo. Así como la ley no puede oponerse a que asociaciones de memoria histórica o de republicanos coloquen placas conmemorativas de la persecución, la represión y el exterminio franquista contra los adversarios políticos y los vencidos. No es equiparable al intento de los nostálgicos de la Dictadura de colocar placas del mismo significado o aquellos que se instalaron por el régimen a mayor gloria de los vencedores, que incuestionablemente, si suponen una exaltación del golpe militar”.