Sahara, consecuencias de un momento de crisis
No tengo yo muy claro si tener memoria mientras nos deje el Alzheimer, es o no positivo, pero esto es lo que hay. Con lo que está pasando hoy en los territorios del antiguo Sahara español, no puedo evitar recordar mis personales experiencias en ese capítulo.
Era becario de TVE, como lo fui en Guinea Ecuatorial, en su día. Estaba allí cuando sucedieron ciertas situaciones extraordinarias que hoy son muy fáciles de juzgar y etiquetar por la vía de culpar a ZP. Pero, en honor a la verdad, me siento impulsado a dar a conocer ciertos detalles que solo la Historia y el tiempo, juzgarán. Me niego a tomar partido y me limito a contar lo que viví.
Corría entre el final del año 1974 y nacía el 75. Yo había estado el Aaiún entre el 69 y el 70 , y ya se apreciaban ciertos descuidos de España por su “Colonia” del desierto. Cuando empecé a currar en TVE, en Prado del Rey, uno de mis cometidos era recibir las crónicas de algunos corresponsales, entre ellos, los de Guinea, Sahara y las del ínclito Jesús Hermida desde New York. Era imposible no atar los cabos sueltos. El Reino de Marruecos reclamaba la anexión de los territorios españoles del Sahara Occidental y estableció una estrategia. Nos ganaron por la mano.
España, como potencia colonizadora, acababa de sufrir la ¿pérdida? de Guinea Ecuatorial, que había exigido la Independencia. Los líderes del Sahara, a la sazón dirigidos por los que en aquellos entonces eran Procuradores en Cortes y representantes del lejano territorio, se apuntaron a lo mismo. Solo existía una causa que lo explicara: la enfermedad terminal del Dictador, Franco. Marruecos no quiso esperar a que Naciones Unidas dijera la última palabra y reclamó el territorio por proximidad. La ONU se reunió y encargó a España la solución última del problema. España no ponía pegas a la Independencia pero quería asegurarse parte de la riqueza de ese Territorio…:los Fosfatos de Bucraá, la riqueza de los bancos de pesca en aguas Saharauis y las prospecciones petrolíferas de la costa que, según los americanos, podrían ser muy ricas en “oro negro”. Con todas estas proposiciones se montaba la conclusión final. Y como toda la Región estaba interesada, se llegó a un acuerdo de Administración conjunta entre España, Marruecos y Mauritania. Este último País, más que por su peso especifico en la zona, porque disponía de excelentes caladeros de pesca para los armadores españoles y también había reclamado la anexión. En ese momento, los saharauis estaban ya obligados a abandonar sus tierras. Y lo hicieron. Se trasladaron a los territorios del Sahara dentro de Argelia, que fue el único País que los acogió. No obstante mantuvieron una mínima infraestructura dentro de su propia tierra, con varios miles de saharauis allí establecidos. Mientras, Marruecos maduraba su intervención definitiva. En esas estaba la cosa cuando Franco entra en crisis vital y es hospitalizado casi en fase terminal. España se para, el Gobierno se para y Marruecos, por órdenes de Hassan II, aprovecha para iniciar la famosa “Marcha Verde”. Miles de marroquíes son desplazados en autobuses hasta el Sahara, armados de banderas verdes, de ahí el nombre de la operación. Cruzan las líneas y empiezan a ocupar, de manera pacífica, los territorios saharauis. Lo hacen solo por la comida diaria y unas pocas piastras que paga el Reino. Mientras, en España, con Franco agonizante, nadie toma una sola decisión. No parecía el momento de iniciar una guerra con Marruecos. El entonces Príncipe Juan Carlos, en funciones de Jefe de Estado, se desplaza a los territorios y se reúne con los militares. Les explica como están las cosas y ellos, los generales, deciden apoyar el futuro del País a la muerte de Franco. El General al mando de las tropas ordena desactivar los campos de minas para evitar la masacre del personal civil que forma la Marcha Verde y Marruecos acaba apoderándose del territorio, por la cara. Intentar evitarlo por las armas hubiera sido “casus belli” y no estaba España para aventuras guerreras.
Unos meses más tarde, con Suárez ya en el Gobierno, se solicita de la ONU un veredicto para resolver el conflicto. Naciones Unidas no lo tiene demasiado claro y es Marruecos quien propone, con el asesoramiento de los Estados Unidos, un Referéndum para que los Saharauis decidan libremente si quieren ser Independientes o unirse a Marruecos. Parecería una solución adecuada si no fuera porque, a través de tácticas dilatorias y a fecha de hoy, ese Referéndum, ni se ha hecho ni parece que vaya a celebrarse a medio plazo y, mientras tanto, Marruecos va llenando el territorio de ciudadanos desplazados a cargo del Reino para que, como habitantes de pleno derecho, puedan votar en ese “presunto” Referéndum a favor de las tesis marroquíes, asegurándose por mayoría el apoyo a sus tesis.
España era una Dictadura. Y como no se puede borrar la realidad del pasado, esto es lo que tienen las Dictaduras, que cuando el Dictador estornuda, el Pueblo coge la gripe con fiebre. Eso fue lo que pasó. De aquellos polvos vienen ahora estos barros. La inacción de España ha conducido a la situación actual. Es lógico que nos miren con odio desde los campamentos saharauis porque los hemos dejado solos ante su propio compromiso con la historia. La situación actual de Estado Policial del territorio saharaui solo se soluciona de una manera: una orden de Naciones Unidas para que todo vuelva al estado real de 1975. Los marroquíes en su tierra y los saharauis en la suya. Un Referéndum vigilado por la ONU para evitar pucherazos y que sea el Pueblo Saharaui y solo ellos, quien decida su futuro. Y si así lo demandan, INDEPENDENCIA TOTAL, con su bandera, su himno y su selección de fútbol. Pero como se trata de un territorio rico en recursos minerales, habrá que contar con el beneplácito de Obama y su banda. Yo creo que Repsol tendría mucho más que decir que los Gobiernos de los Países implicados. Así se escriben las historias por mucho que, lo fácil, sea culpar a Zapatero que, en aquellos tiempos, aún estaba mamando.
No tengo yo muy claro si tener memoria mientras nos deje el Alzheimer, es o no positivo, pero esto es lo que hay. Con lo que está pasando hoy en los territorios del antiguo Sahara español, no puedo evitar recordar mis personales experiencias en ese capítulo.
Era becario de TVE, como lo fui en Guinea Ecuatorial, en su día. Estaba allí cuando sucedieron ciertas situaciones extraordinarias que hoy son muy fáciles de juzgar y etiquetar por la vía de culpar a ZP. Pero, en honor a la verdad, me siento impulsado a dar a conocer ciertos detalles que solo la Historia y el tiempo, juzgarán. Me niego a tomar partido y me limito a contar lo que viví.
Corría entre el final del año 1974 y nacía el 75. Yo había estado el Aaiún entre el 69 y el 70 , y ya se apreciaban ciertos descuidos de España por su “Colonia” del desierto. Cuando empecé a currar en TVE, en Prado del Rey, uno de mis cometidos era recibir las crónicas de algunos corresponsales, entre ellos, los de Guinea, Sahara y las del ínclito Jesús Hermida desde New York. Era imposible no atar los cabos sueltos. El Reino de Marruecos reclamaba la anexión de los territorios españoles del Sahara Occidental y estableció una estrategia. Nos ganaron por la mano.
España, como potencia colonizadora, acababa de sufrir la ¿pérdida? de Guinea Ecuatorial, que había exigido la Independencia. Los líderes del Sahara, a la sazón dirigidos por los que en aquellos entonces eran Procuradores en Cortes y representantes del lejano territorio, se apuntaron a lo mismo. Solo existía una causa que lo explicara: la enfermedad terminal del Dictador, Franco. Marruecos no quiso esperar a que Naciones Unidas dijera la última palabra y reclamó el territorio por proximidad. La ONU se reunió y encargó a España la solución última del problema. España no ponía pegas a la Independencia pero quería asegurarse parte de la riqueza de ese Territorio…:los Fosfatos de Bucraá, la riqueza de los bancos de pesca en aguas Saharauis y las prospecciones petrolíferas de la costa que, según los americanos, podrían ser muy ricas en “oro negro”. Con todas estas proposiciones se montaba la conclusión final. Y como toda la Región estaba interesada, se llegó a un acuerdo de Administración conjunta entre España, Marruecos y Mauritania. Este último País, más que por su peso especifico en la zona, porque disponía de excelentes caladeros de pesca para los armadores españoles y también había reclamado la anexión. En ese momento, los saharauis estaban ya obligados a abandonar sus tierras. Y lo hicieron. Se trasladaron a los territorios del Sahara dentro de Argelia, que fue el único País que los acogió. No obstante mantuvieron una mínima infraestructura dentro de su propia tierra, con varios miles de saharauis allí establecidos. Mientras, Marruecos maduraba su intervención definitiva. En esas estaba la cosa cuando Franco entra en crisis vital y es hospitalizado casi en fase terminal. España se para, el Gobierno se para y Marruecos, por órdenes de Hassan II, aprovecha para iniciar la famosa “Marcha Verde”. Miles de marroquíes son desplazados en autobuses hasta el Sahara, armados de banderas verdes, de ahí el nombre de la operación. Cruzan las líneas y empiezan a ocupar, de manera pacífica, los territorios saharauis. Lo hacen solo por la comida diaria y unas pocas piastras que paga el Reino. Mientras, en España, con Franco agonizante, nadie toma una sola decisión. No parecía el momento de iniciar una guerra con Marruecos. El entonces Príncipe Juan Carlos, en funciones de Jefe de Estado, se desplaza a los territorios y se reúne con los militares. Les explica como están las cosas y ellos, los generales, deciden apoyar el futuro del País a la muerte de Franco. El General al mando de las tropas ordena desactivar los campos de minas para evitar la masacre del personal civil que forma la Marcha Verde y Marruecos acaba apoderándose del territorio, por la cara. Intentar evitarlo por las armas hubiera sido “casus belli” y no estaba España para aventuras guerreras.
Unos meses más tarde, con Suárez ya en el Gobierno, se solicita de la ONU un veredicto para resolver el conflicto. Naciones Unidas no lo tiene demasiado claro y es Marruecos quien propone, con el asesoramiento de los Estados Unidos, un Referéndum para que los Saharauis decidan libremente si quieren ser Independientes o unirse a Marruecos. Parecería una solución adecuada si no fuera porque, a través de tácticas dilatorias y a fecha de hoy, ese Referéndum, ni se ha hecho ni parece que vaya a celebrarse a medio plazo y, mientras tanto, Marruecos va llenando el territorio de ciudadanos desplazados a cargo del Reino para que, como habitantes de pleno derecho, puedan votar en ese “presunto” Referéndum a favor de las tesis marroquíes, asegurándose por mayoría el apoyo a sus tesis.
España era una Dictadura. Y como no se puede borrar la realidad del pasado, esto es lo que tienen las Dictaduras, que cuando el Dictador estornuda, el Pueblo coge la gripe con fiebre. Eso fue lo que pasó. De aquellos polvos vienen ahora estos barros. La inacción de España ha conducido a la situación actual. Es lógico que nos miren con odio desde los campamentos saharauis porque los hemos dejado solos ante su propio compromiso con la historia. La situación actual de Estado Policial del territorio saharaui solo se soluciona de una manera: una orden de Naciones Unidas para que todo vuelva al estado real de 1975. Los marroquíes en su tierra y los saharauis en la suya. Un Referéndum vigilado por la ONU para evitar pucherazos y que sea el Pueblo Saharaui y solo ellos, quien decida su futuro. Y si así lo demandan, INDEPENDENCIA TOTAL, con su bandera, su himno y su selección de fútbol. Pero como se trata de un territorio rico en recursos minerales, habrá que contar con el beneplácito de Obama y su banda. Yo creo que Repsol tendría mucho más que decir que los Gobiernos de los Países implicados. Así se escriben las historias por mucho que, lo fácil, sea culpar a Zapatero que, en aquellos tiempos, aún estaba mamando.




















