AVE
Una buena manera de saber si ha existido trato desfavorable a nuestra comunidad respecto al ferrocarril es realizar una comparativa de las velocidades comerciales de los distintos trenes desde sus comienzos hasta la actualidad, y para ello, hemos desglosado un magnífico estudio realizado por Ana Cabanes y Raúl González, de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles que tomaron la década de los años 60 del siglo XIX hasta la actualidad. Para ello, han hecho uso de las guías de horarios ferroviarias hasta que el uso de internet facilitó la consulta directa.
El criterio de selección del estudio ha sido elegir los servicios ferroviarios en función al recorrido en el menor tiempo posible entre origen y destino, siendo siempre Madrid la ciudad de origen. Los trenes utilizados fueron los trenes correo en los primeros años, los expresos a finales del siglo XIX y a partir de 1950 el recorrido de los trenes TAF y los Talgo. Por último se ha utilizado el AVE.
La fecha de llegada del ferrocarril a capitales de provincia fue distinta para Badajoz que lo hizo en una segunda tanda entre 1856 y 1865 y Cáceres, que tuvo que esperar a una cuarta oleada entre 1876 y 1875.
Es tan evidente la importancia del ferrocarril en la organización del territorio y en la reestructuración de las ciudades ya que, aquellas que quedaron al margen del trazado tuvieron serias dificultades para competir con el resto. Evidentemente los primeros enlaces comerciales se construían en base a intereses de algún empresario e igualmente las zonas más pobladas tuvieron mayor atención, lo que lastró el avance del ferrocarril en Extremadura. Si el ferrocarril trajo un gran impacto económico a zonas industrializadas, con zonas en las que la industria era inexistente, ejerció un efecto que separó más a las distintas regiones españolas.
En 1892 el tiempo medio que se tardaba en ir desde Madrid a Cáceres era cercano a las 11 horas y a Badajoz se tardaba en ir 21 horas. Como referencia, Granada, Málaga e incluso Orense, tardaban tiempos parecidos. En 1942, las cifras se recortaron favorablemente y estábamos en tiempo bastante más acordes en función a la localidad. Cáceres se hacía en dos horas y cuarto, Badajoz en 7 horas, Granada y Málaga en 13, y Orense se iba a las 15 horas.
El cambio en las condiciones de las vías y del propio transporte, nos ha vuelto a llevar a la cola del ferrocarril ya que en el año 2009 llegar a Cáceres supone cerca de las cuatro horas y Badajoz se aproxima mucho a las 5 horas y media (el mayor de todas las provincias españolas). Como se puede ver, el maltrato a la región no ha podido ser más grande, y por lo que parece, va a llevar mucho tiempo en corregirse, con lo que conlleva en las infraestructuras, industria, turismo y en la economía regional.
Una buena manera de saber si ha existido trato desfavorable a nuestra comunidad respecto al ferrocarril es realizar una comparativa de las velocidades comerciales de los distintos trenes desde sus comienzos hasta la actualidad, y para ello, hemos desglosado un magnífico estudio realizado por Ana Cabanes y Raúl González, de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles que tomaron la década de los años 60 del siglo XIX hasta la actualidad. Para ello, han hecho uso de las guías de horarios ferroviarias hasta que el uso de internet facilitó la consulta directa.
El criterio de selección del estudio ha sido elegir los servicios ferroviarios en función al recorrido en el menor tiempo posible entre origen y destino, siendo siempre Madrid la ciudad de origen. Los trenes utilizados fueron los trenes correo en los primeros años, los expresos a finales del siglo XIX y a partir de 1950 el recorrido de los trenes TAF y los Talgo. Por último se ha utilizado el AVE.
La fecha de llegada del ferrocarril a capitales de provincia fue distinta para Badajoz que lo hizo en una segunda tanda entre 1856 y 1865 y Cáceres, que tuvo que esperar a una cuarta oleada entre 1876 y 1875.
Es tan evidente la importancia del ferrocarril en la organización del territorio y en la reestructuración de las ciudades ya que, aquellas que quedaron al margen del trazado tuvieron serias dificultades para competir con el resto. Evidentemente los primeros enlaces comerciales se construían en base a intereses de algún empresario e igualmente las zonas más pobladas tuvieron mayor atención, lo que lastró el avance del ferrocarril en Extremadura. Si el ferrocarril trajo un gran impacto económico a zonas industrializadas, con zonas en las que la industria era inexistente, ejerció un efecto que separó más a las distintas regiones españolas.
En 1892 el tiempo medio que se tardaba en ir desde Madrid a Cáceres era cercano a las 11 horas y a Badajoz se tardaba en ir 21 horas. Como referencia, Granada, Málaga e incluso Orense, tardaban tiempos parecidos. En 1942, las cifras se recortaron favorablemente y estábamos en tiempo bastante más acordes en función a la localidad. Cáceres se hacía en dos horas y cuarto, Badajoz en 7 horas, Granada y Málaga en 13, y Orense se iba a las 15 horas.
El cambio en las condiciones de las vías y del propio transporte, nos ha vuelto a llevar a la cola del ferrocarril ya que en el año 2009 llegar a Cáceres supone cerca de las cuatro horas y Badajoz se aproxima mucho a las 5 horas y media (el mayor de todas las provincias españolas). Como se puede ver, el maltrato a la región no ha podido ser más grande, y por lo que parece, va a llevar mucho tiempo en corregirse, con lo que conlleva en las infraestructuras, industria, turismo y en la economía regional.