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Ana María Moreno Vaquera | 120
Miércoles, 02 de Marzo de 2011

Emilio Moreno de la Cruz, de presidente de la Hermandad Sindical en Berlanga, a la UGT y al desencanto de la política

De portavoz de los trabajadores en la fábrica de Carcesa pasa a regentar, durante doce años, el bar Cruz en la calle Puerta del Sol, junto al Parque Municipal, una zona en la que todos vecinos se conocían y se trataban con familiaridad. Un local de dos plantas en cuya parte superior estaba la sede del Partido Socialista y de la UGT, el Sindicato de la Unión General de Trabajadores. Luego se transforma en
sala de juegos y posteriormente, se ubican los estudios de Radio Montijo en el 102.1 F.M. ,hasta que se trasladan a primeros de este siglo.
De naturaleza amable, la gente lo define como cariñoso. Desprendido y generoso
con quien lo necesita, se implica en los problemas de la gente sin importarle las
consecuencias personales que pudiera acarrearle y arriesgado por las causas que
él cree justas. Hizo muchos favores. A día de hoy, se encuentra todavía a mucha
gente que dice: “gracias al señor Emilio, yo tengo mi casa,… Yo le debo…, A mí
me hizo…. A mi marido lo ayudó. Gracias a su aval yo conseguí…”
Desengañado de la clase política de la época, conoció en primera persona los
intentos de abuso de poder y desencantado abandonó el sindicato y la vida política.
“A los políticos de la época los conocí bien por eso me desencanté de la política”,
comenta.

[Img #67359]Nace en Berlanga, en el seno de una familia de agricultores de 6 hermanos. Se casó con Ana Vaquera González con quien tuvo tres hijos y siete nietos. Llega a Montijo a mitad de los años setenta, en pleno cambio político y estrenando la etapa política de la democracia. Decide venir a la Comarca de las Vegas Bajas donde el Plan Badajoz había conseguido convertir el secano en regadío y donde la fábrica de tomate Carcesa era un referente regional, donde existen más oportunidades laborales y dar estudios universitarios a sus hijos.

 

¿Preside la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Berlanga?

Fui presidente de esta Hermandad Sindical de Berlanga durante 8 años para favorecer a ese colectivo. Recuerdo que durante mi presidencia, construimos la Ermita de San Isidro Labrador, patrón de los Labradores y se inició la plantación de lo que hoy es el famoso Parque Natural “Las Malvinas”.

 

¿A qué organizaciones más perteneció?

Con la democracia desaparece, lo que se llamaba, el sindicato vertical, que era de obligada pertenencia, y pasé a crear el nuevo sindicato de la U.G.T.(Unión General de Trabajadores), siendo Secretario General en Berlanga y Secretario de Organización en Badajoz.

Hice todo lo que pude por los trabajadores y por mí pueblo natal y quité el paro.

Participé con Ibarra en mítines, recuerdo los pueblos de Azuaga, Llerena, los Santos de Maimona …, de los que salió triunfante.Era una época en la que no existía ni había visa-oro para la clase política.

 

En 1976 viene por primera vez a Montijo con su familia …

Sí, trabajamos durante dos campaña en Carcesa, donde se portaron muy bien conmigo, pero como portavoz de los trabajadores no cumplieron el compromiso acordado. Me impuse, junto a Risquete, director de Carcesa, la lucha para   conseguir el desempleo de campaña. A través de Nicolás Redondo, me concedieron una entrevista con Jiménez de Parga, al que el presidente de la UCD, Adolfo Suárez, nombró Ministro de Trabajo hasta 1978 en su primer gabinete de gobierno, y al que tuve que convencer con razones y conseguí traer el desempleo.

 

¿Cómo era la situación de los trabajadores de Carcesa?

Las campañas del tomate suponían un gran sacrificio de trabajo para los camioneros y para los que llevaban los remolques. A los trabajadores, ni te cuento, despedían cuando querían. La campaña era del 1 de Febrero al 30 de Noviembre, con los beneficios de campaña. Teníamos que dar doce horas de trabajo, que eran muy duras. Menos mal que no había casi cinco millones de parados como ahora.

 

¿Cuál era su trabajo?

Me dieron el cargo para controlar la entrada del Tomate pero lo rechacé . Le dije a Perdigón, Jefe de Personal, que estudiara otro puesto porque yo no me veía echando para atrás un camión o remolque de tomate; entonces me ofreció encargarme del comedor de la fábrica, donde teníamos de todo para los trabajadores. Allí se vendía a través de vales que previamente compraban.

 

¿Cómo eran las jornadas de Carcesa?

Los turnos eran de doce horas con sólo descansos para comer. Las comidas las

llevaban los trabajadores y las trabajadoras. En esas doce horas se trabajaba a destajo y eran muy sacrificadas. Eran demasiadas horas para que tanto los hombres y mujeres la trabajáramos.

 

¿Cómo fue su relación con los trabajadores de Carcesa?

Mi relación con los trabajadores fue muy buena, fui su portavoz y siempre que me necesitaban les ayudaba. Fui el compañero y el líder, que luchó por ellos jugándome mi puesto de trabajo. Algunas mujeres cuando iban a consultar a mi casa lo hacían a escondidas para que no las vieran y evitar represalias.

Fui representante de los trabajadores y trabajadoras cuando se trabajaba con grandes sacrificios y se les asesoraba con la verdad, aunque era difícil llegar a todos... Existían esbirros para enterarse de todo lo que pasaba. Algunos de los abogados se vendían a la empresa.

 

Después regentó el bar Cruz…

Después cogí en arrendamiento el bar en los bajos de la sede de la UGT y del Partido Socialista. A los arrendatarios que me precedieron los echaron y a mi quisieron hacerme igual pues con nosotros no les valía el servilismo ruin. Cuando la dueña quiso vender, le compré el local. Pero, para mi sorpresa, el día antes de firmar la escritura me denegaron en el banco, por intervención de los socialistas, lo que sería hoy, un millón de pesetas que me hacían falta para pagar el local. Pero lo conseguí en la Caja Badajoz. Me lo ingresaron en mi cuenta el mismo día y lo pude comprar.

 

¿Qué especialidad tenía?

[Img #67361]La especialidad era las chuletas de cochinillo lechal adobadas y fritas, que tuvieron una gran aceptación. Fue el primer bar en comprar un asador de pollos a l`ast, los pollos asados que tan de moda estaban en las ciudades pero que aquí, aún no habían llegado. El vino era de pitarra y se compraba en garrafas de media arroba. Con un embudo de plástico se rellenaban las botellas de cristal para servir los chatos de vino o para vender las botellas a granel a los vecinos.

Cuando se fueron los políticos, tras comprar el local, instalé una sala de juegos en la planta alta, con un billar español a tres bolas, mesa de pimpón y maquinas recreativas de tipo A, de bolas y de come-cocos. Se quedaba mucho fiado, se anotaba en una libreta y pagaban cuando tenían trabajo. Algunas cuentas eran kilométricas y no las reclamé nunca. Los clientes eran vecinos y, también ,venían de todas las barriadas de Montijo y de los pueblos de la comarca.

 

¿Qué influencia se ejerce desde allí?

Fue inmensa mi influencia donde se defendió a los trabajadores. Desde la UGT se les ayudó mucho y tuvimos que luchar conjuntamente con los abogados de UGT. Aunque tengo, entre otros, el mal recuerdo de Matías Ramos, los cobros indebidos, las denuncias a la provincial,…

 

¿Qué personajes políticos recuerda?

Recuerdo a muchos, especialmente a mi gran amigo Inocente Mayoral que luchó conmigo por el bien de los trabajadores, a Alfonso Bermejo, gran hombre que me enseñó mucho, como inspector Provincial de Farmacia fue de lo mejor. Con él fui a casi todos los pueblos de la provincia con un mini mil doscientos y visitamos muchos locales del PSOE y de UGT. En Mérida hicimos cursos para las alcaldías.

 

¿Cómo participa en los cambios sociales?

Participé con el que sería presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en las elecciones, hasta que me di cuenta del engaño político. A Ibarra lo conocí mucho; fuimos compañeros, fui con él a Madrid varias veces y le ayudé mucho. Si Isabel Monterrey no se vende a Carcesa hubiera sido la Presidenta de la Junta pero eso hizo que me volviera con él. Me insistió para que siguiera en política. También me insistió Román Bolaño, su secretario particular y anterior del grupo parlamentario.

 

Participó activamente en procesos electorales, ¿qué recuerda de ello?

Participé activamente pero me llevé un desengaño, casi todo lo que recuerdo eran las mentiras electorales y de grupo. Los programas políticos fueron para mí un desengaño, casi todo lo que se decía en los mítines para ganar las elecciones eran meras promesas, lo que me hizo renunciar a la política.

 

¿Le proponen encabezar la candidatura del PSOE?

En mi casa estuvieron miembros de la ejecutiva provincial, Paco Fuentes, Paco España, Antonio Rosa, con Juan Carlos Rodríguez Ibarra para encabezar la candidatura de PSOE en Montijo, a lo que me negué porque algunos de la candidatura no me gustaban y ya estaba desengañado de la política.

 

Las reuniones y mítines de los comienzos, ¿cómo eran?

Las reuniones de UGT y el Partido Socialista fueron duras ya que Nicolás Redondo no estaba de acuerdo con el Partido Socialista. Los mítines de los comienzos eran sólo para ganar votos.

 

¿Quiénes pasan por esa época en la sede?

Por la Sede pasaban todos los compañeros a pedir consejos y ayudas para cobrar el P.E.R. (Plan de Empleo Rural) y realizar trabajos para el pueblo. A cargo de los trabajos estaba Alonso Caballero Fernández, mi gran amigo y gran ayuda para todos. Luchó para conseguir derechos a los trabajadores. El primer dinero que vino a Montijo para el paro se consigue en la época en que estaba de alcalde D. Francisco Alarcón, al que presenté en todos los organismos que conocía en Badajoz. Dejó superávit en el Ayuntamiento.

 

¿Qué recuerda de los vecinos y parroquianos?

Guardo muy buenos recuerdos. Cuando me los encuentro, se alegran y me saludan con cariño. Pueden preguntar a ellos por nuestro trabajo. Con la ayuda de mi mujer y de mis hijos conseguimos una buena parroquia y no cerramos un solo día en doce años. Cuando me operaron del corazón tuve que cerrar el negocio. Mis hijos, cuando terminaron sus carreras, se fueron colocando y hoy los tres tienen sus propios negocios.

 

¿Cómo aprende a encontrar agua en el subsuelo?

Aprendí la Radiestesia por casualidad. Conocí a un zahorí o radiestesista, de Madroñeras cuando vino a Montijo a buscar unas corrientes para sondeo. Yo estaba en el Hotel Gran Sol de Extremadura preparando una Máquina Recreativa y me invitó a ir a una finca en Almendralejo para buscar el agua. Cuando encontró la corriente me invitó a probar con unas varas largas de avellano. Me indicó como hacerlo y cogí la vara por un lado y él por el otro; me dijo que pensara en lo que hacia y me olvidara de todo. Mi sorpresa fue grande: pisé la corriente y la vara se fue para arriba con tal fuerza

que me partió el labio. Me dijo que tenía más facultades que él para buscar agua. Nunca pensé que yo tuviera ese don. Me regalaron seis libros del padre Pilón y de otros autores para consultas sobre las aguas subterráneas. Fue una experiencia muy positiva. Hice muchos estudios con resultado positivo y marqué muchos sondeos. Cualquiera no puede hacerlo.

 

¿Hay que tener Memoria Histórica?

Sí, pero con objetividad para evitar volver a la guerra civil entre hermanos. De los crímenes Franquistas hay mucho que hablar y, como en toda guerra, hubo sucesos lamentables en ambos bandos. Desgraciadamente, cada uno cuenta lo que quiere de lo que ocurrió a partir del 33. También, los milicianos y los socialistas robaban las casas, los cortijos, quemaron las iglesias, mataron a curas, a familias enteras. Campillo de Llerena fue un pueblo del sur donde se cometieron muchos crímenes, fueron muchos los niños y niñas que quedaron huérfanos. También se trata de olvidar la matanza de Paracuellos del Jarama, durante la Batalla de Madrid, fusilamientos masivos de los considerados partidarios de la sublevación, a manos de milicias de organizaciones obreras encabezadas por Santiago Carrillo. Hoy, el gobierno destina mucho dinero a

las organizaciones para mantener y contar, a su manera, la Memoria Histórica.

 

¿Qué ocurrió con las subvenciones de la Barriada del Molino?

Son unos bloques de pisos de Protección Oficial que construyó Moreno a principios de los años ochenta y en la que se pudieron perder las subvenciones. Mi amigo Regino recurrió a mí y empezamos la lucha para conseguirlas.

Fue un milagro, fuimos a Madrid y empezamos la lucha con manifestaciones populares y llegamos a conseguir las subvenciones para los pisos.

Obtenemos cita con el ministro de Obras Públicas y Urbanismo de la U.C.D., Sancho Rof, que había prometido en 1979 la construcción de un millón de pisos de V.P.O., y nos dijo que no figuraba ninguna partida para esa urbanización pero que habían sobrado unos millones y que eran para nosotros. Las Cumbres, Olivenza, Villafranca se quedaron sin conseguirlas.

 

¿Qué piensa de Montijo?

Que faltan empresas y falta una buena organización. Hace falta trabajo productivo y existen muchas familias en paro que no pueden ni pagar las hipotecas. Los bancos sólo dan crédito a los poderosos.

 

¿Ocupa algún cargo en alguna organización?

Estoy jubilado, viudo y con una escasa paga, después de cotizar durante más de cuarenta años. Mi descontento con la política del desgobierno zapateril podría llenar páginas enteras. Pido elecciones ya, si no seremos la última nación de Europa. ZP encontró las arcas llenas y creyó que ese dinero era para repartirlo entre sus amigos. No pensó que terminaría con no poder pagar ni las pagas de la Seguridad Social. Repartió a los Sindicatos, a las personas amigas, a los artistas, a aduladores, a sus amigos Hugo, Fidel, Evo Morales... Se ha creado una nueva casta de subvencionados y en política exterior se ha perdido toda la confianza que tenía España.

 

En la actualidad, ¿cómo pasa su tiempo libre?

Mi tiempo libre lo paso con mi familia, con lecturas, con televisión, con mis amigos, mi jardín y una persona que me lleva los quehaceres de la casa a la que trato como a mis nietos. Mi gran ilusión es tener a mis hijos y mis nietos unidos.

 

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