Estimada señora:

Me permito dirigirle estas letras con el único fin de ayudarle en su brillante ocurrencia, parida con motivo de los abucheos lanzados contra nuestro Presidente del Gobierno D. José Luis, en la celebración del día de La Fiesta Nacional en Madrid. Tengo que advertirle, no obstante, que más de uno se quedó con las ganas de lanzarle otras cosas, más allá del célebre “Zapatero dimisión”. Antes de continuar, debe perdonar mi pobre catalán. Más que pobre, inane, ya que sólo hablo español, esa lengua minoritaria que hablan pocos más de 400 millones de personas por todo el mundo, y que sus amigos están intentando eliminar. Encima lo hago con acento castúo, ese que hace que me coma algunas letras. Castúo, sí, de Extremadura, señora, esa tierra preñada de gentes de raza y corazón, esa tierra insultada por sus afines catalanistas, olvidada en un extremo de esta piel de toro, que algunos seguimos llamando España. Hablando de catalanismo, déjeme que le traslade mi admiración; me conmueve el titánico esfuerzo que ha de hacer cada mañana para mantener su alambicada existencia. Verá usted, es digno de alabanza que, por un lado, tenga una personalidad política marcada por su afán separatista y, por otro, dirija y comande el Ejército de España, garante constitucional de su indisoluble realidad. Jó.

Pero volviendo a lo nuestro, señora, a la ocurrente idea de regular los actos con motivo del día de la Fiesta Nacional: ¿Ya le he dicho que soy extremeño? Sí, soy descendiente de los machos que triunfaron en América, soy pardo, del coló de la tierra, y llevo a gala y con orgullo mi carácter identitario. Bueno, a lo que vamos, que aquí, en nuestra tierra, tenemos una Delegada del Desgobierno que sabe mucho de eso, de regular los pitidos y abucheos de la gente. Fíjese si sabe, que en Villafranca de los Barros, multó a una persona por gritar al Alcalde a la salida de un pleno… y era mudo! Es capaz de retener un autobús en mitad de una carretera durante dos horas, para evitar que sus ocupantes desfilaran en el carnaval de Badajoz. Además es tremendamente eficiente, si se le pierden las llaves, manda al Benemérito Cuerpo para que vaya a buscarlas al pueblo de su asistenta. Y digo yo, que si se la lleva a los Madriles y le da una libreta y un boli, además de pintar muñequinos, seguro que se la llena de gritones para multarlos, sean mudos, tartas o lo que sea. Así matamos dos pájaros de un tiro: Usted resuelve el problema de los abucheos, y nosotros descansamos tranquilos.

Afectuosamente, este detractor suyo y que lo es,

Miguel Valdés.