Pese a que nosotros somos los que estamos soportando las temperaturas más elevadas, esas que no nos permiten casi descansar, sea la hora que sea, hay por ahí unos cuantos personajes que ya tienen el cerebro derretido y  hecho puré, aunque en alguno de estos casos creo que se trata de algo innato. El primero de ellos no es otro que el máximo mandatario turco, que   cuando estéis leyendo esto a lo peor ya se ha cambiado el nombre a “Erdogan I, hacedor y dueño del IV Imperio Otomano” (aunque le correspondería históricamente ser solo el 2º imperio, al chaval le mola más el cuatro, y cualquiera le dice que no) que aprovechando el apoyo internacional tras el intento de golpe de estado ha decidido encarcelar a medio país, dejar a miles de profesores sin licencia para enseñar y crear un régimen absolutista encubierto que es para empezar a preocuparse, si es que alguien quedaba sin empezar a hacerlo.

La segunda referencia en el catálogo de papillas cerebrales va para todos los miles de cerebritos alemanes que salieron a la calle en manifestación apoyando a Erdogan. ¿Es que no tienen  memoria? ¿Ya no se acuerdan de Adolfito? Me parece a mí que va siendo hora de ir haciéndonoslo mirar, porque si esto sigue así, va a llegar el día en que demos con un verdadero demente en el  poder, sea donde sea, que no se conforme con tener al personal indignado o acojonado,  sino que quiera algo más, y entonces será cuando todos habremos perdido. Y, claro, como no podía ser menos en un país de sobras conocido por su gastronomía y por sus estupideces, nuestro último puré viene con sabor español. Puré de sesos mediterráneo, cuya degustación no recomiendo pues, vista la lista de ingredientes (Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera a partes iguales) y las temperaturas de las que hablaba al principio, la diarrea sería considerable. ¿Es que no piensan ponerse de acuerdo? ¿Y seguirán con lo de “en interés de los españoles”? ¡Vengaaa! Y si tenemos que pasar de nuevo por las urnas, lo cual ya sería bochornoso, ¿con qué argumentos van a hacer calar en la sociedad que debemos cumplir con nuestra obligación de ciudadanos e ir a meter la papeleta de  las narices? Y lo que es mejor, si ellos no son capaces (ni lo desean realmente) de ceder en ninguna de sus exigencias “en interés de los españoles” (de nuevo) y es lamentable el espectáculo en que están convirtiendo nuestra oligárquica democracia, ¿cómo pretenden que D. Fulano de Tal, al recibir la notificación de designación como miembro de una mesa electoral, se sienta mínimamente obligado a dejar de pasar un domingo entero con su familia en casa, en el cine o simplemente rascándose la barriga y todo lo rascable tirado en el sofá, viendo el fútbol, una peli de cobayas mutantes o emborrachándose en el bar de Moe con los amigotes? Que me lo expliquen. Yo, de momento, voy a por el postre.