Salomón
Es un infortunio, pero comienzo a detectar indicios de que me hago viejo, sin vuelta de hoja (snif).
Se han realizado las pruebas de la evaluación individualizada de tercero de primaria. No es el primer año que se realiza este ejercicio. Sin entrar mucho a detalle, se trata de unos cuadernillos con tareas de las “asignaturas” de matemáticas y “lengua” (ahora se trabaja con otros conceptos como son las Competencias Clave) en los que se pretende valorar el grado de habilidad y conocimiento que tienen los niños de 8 años para resolver las tareas propias que deberían conocer a esa edad. Es una etapa en la que si los niños tienen algún tipo de problema y es detectado, existe una probabilidad alta de que puedan mejorar gracias a la ayuda que reciban tanto en clase, como en casa. Por lo demás, al profesor (único que determina los logros de su alumno en última instancia) le sirve para contrastar los resultados con los suyos, que como he indicado son los que deciden el futuro educativo de ese niño en cuanto a continuar en otro nivel. El, y nadie más.
Para preparar los cuadernos de los alumnos, necesitamos de la colaboración de expertos en las distintas materias (en este caso los expertos deben serlo en Competencias Clave) que son los que elaboran las tareas. Posteriormente comprobamos en centros seleccionados que las tareas funcionan bien. Con esto pretendemos asegurarnos que el objetivo que persiguen se cumple y que van a permitir al profesor tomar medidas o no con el alumno (en la mayoría de los casos y como no puede ser de otra manera, coinciden nuestros resultados con los suyos). Este año, un antiguo compañero que nos dejó empantanados y se marchó ha tenido la feliz idea de hacer su propia validación de los cuestionarios y buscar errores para ver donde podía hacer daño y se ha dado cuenta de que un audio de los utilizados para la prueba no había sido informado a la página de la que se ha descargado (una gota en un océano) poniendo el grito en el cielo y enviándolo a todos los periódicos a los que ha podido con la intención de desprestigiar nuestra labor.
Hace unos años, yo habría montado en cólera, escrito cartas de réplica y puesto a caer de un burro al cantautor (así se define). Esta vez no, ni he contestado, ni me ha alterado lo más mínimo. Es más, he caído en la cuenta de que he de agradecerle toda la atención que ha puesto a la prueba ya que si con el interés mostrado en buscar defectos, no los ha encontrado, ¿qué mejor control de calidad que el que nos ha hecho de forma gratuita?
Por lo demás, la prueba se ha realizado con todas las garantías y por lo que me dicen, a la comunidad educativa le ha gustado. Y es que no hay nada mejor que contar con los mejores profesionales para obtener los mejores resultados.
Es un infortunio, pero comienzo a detectar indicios de que me hago viejo, sin vuelta de hoja (snif).
Se han realizado las pruebas de la evaluación individualizada de tercero de primaria. No es el primer año que se realiza este ejercicio. Sin entrar mucho a detalle, se trata de unos cuadernillos con tareas de las “asignaturas” de matemáticas y “lengua” (ahora se trabaja con otros conceptos como son las Competencias Clave) en los que se pretende valorar el grado de habilidad y conocimiento que tienen los niños de 8 años para resolver las tareas propias que deberían conocer a esa edad. Es una etapa en la que si los niños tienen algún tipo de problema y es detectado, existe una probabilidad alta de que puedan mejorar gracias a la ayuda que reciban tanto en clase, como en casa. Por lo demás, al profesor (único que determina los logros de su alumno en última instancia) le sirve para contrastar los resultados con los suyos, que como he indicado son los que deciden el futuro educativo de ese niño en cuanto a continuar en otro nivel. El, y nadie más.
Para preparar los cuadernos de los alumnos, necesitamos de la colaboración de expertos en las distintas materias (en este caso los expertos deben serlo en Competencias Clave) que son los que elaboran las tareas. Posteriormente comprobamos en centros seleccionados que las tareas funcionan bien. Con esto pretendemos asegurarnos que el objetivo que persiguen se cumple y que van a permitir al profesor tomar medidas o no con el alumno (en la mayoría de los casos y como no puede ser de otra manera, coinciden nuestros resultados con los suyos). Este año, un antiguo compañero que nos dejó empantanados y se marchó ha tenido la feliz idea de hacer su propia validación de los cuestionarios y buscar errores para ver donde podía hacer daño y se ha dado cuenta de que un audio de los utilizados para la prueba no había sido informado a la página de la que se ha descargado (una gota en un océano) poniendo el grito en el cielo y enviándolo a todos los periódicos a los que ha podido con la intención de desprestigiar nuestra labor.
Hace unos años, yo habría montado en cólera, escrito cartas de réplica y puesto a caer de un burro al cantautor (así se define). Esta vez no, ni he contestado, ni me ha alterado lo más mínimo. Es más, he caído en la cuenta de que he de agradecerle toda la atención que ha puesto a la prueba ya que si con el interés mostrado en buscar defectos, no los ha encontrado, ¿qué mejor control de calidad que el que nos ha hecho de forma gratuita?
Por lo demás, la prueba se ha realizado con todas las garantías y por lo que me dicen, a la comunidad educativa le ha gustado. Y es que no hay nada mejor que contar con los mejores profesionales para obtener los mejores resultados.




















