Cantos de sirenas: dos representaciones con el aforo completo
Lleno absoluto en los dos días de representación de “Cantos de Sirenas”, el espectáculo de la Escuela de danza Nuria Lozano de Puebla de la Calzada.
Días antes del
estreno, el pasado sábado 14 de Junio, del espectáculo de fin de curso de la
Escuela de Danza poblanchina, ya había colgado el cartel de “No hay
localidades”. Con el título de “Cantos de Sirenas”, este año, décimo
aniversario de su creación, la Escuela de Nuria Lozano, convirtió el escenario
de la Casa de la Cultura de Puebla de la Calzada en un fondo marino donde
sirenas, ninfas, medusas y demás seres de las profundidades fueron
evolucionando durante más de una hora.
Con un exquisito
diseño de vestuario a cargo de Paqui Carretero, junto a la escenografía e
iluminación de Juan Francisco Pozo, los alumnos junto a su profesora Nuria
Lozano fueron recreando toda la magia y el misterio de los mares y océanos de
la Tierra para llegar a un final apoteósico, bajo la sintonía de la Sinfonía
del Nuevo Mundo, en el que las chicas mayores de la Escuela, subidas a las
telas y en perfecta coordinación, levantaron los aplausos ininterrumpidos del
patio de butacas con sus evoluciones en lo alto del escenario.
Días antes del estreno, el pasado sábado 14 de Junio, del espectáculo de fin de curso de la Escuela de Danza poblanchina, ya había colgado el cartel de “No hay localidades”. Con el título de “Cantos de Sirenas”, este año, décimo aniversario de su creación, la Escuela de Nuria Lozano, convirtió el escenario de la Casa de la Cultura de Puebla de la Calzada en un fondo marino donde sirenas, ninfas, medusas y demás seres de las profundidades fueron evolucionando durante más de una hora.
Con un exquisito diseño de vestuario a cargo de Paqui Carretero, junto a la escenografía e iluminación de Juan Francisco Pozo, los alumnos junto a su profesora Nuria Lozano fueron recreando toda la magia y el misterio de los mares y océanos de la Tierra para llegar a un final apoteósico, bajo la sintonía de la Sinfonía del Nuevo Mundo, en el que las chicas mayores de la Escuela, subidas a las telas y en perfecta coordinación, levantaron los aplausos ininterrumpidos del patio de butacas con sus evoluciones en lo alto del escenario.