Día inolvidable del Domingo de Ramos· José Manuel Fortis Plaza· Puebla de la Calzada
Día inolvidable del Domingo de Ramo
Tras
muchos meses de preparativos y de espera por fin llegó el Domingo de Ramos.
Este años tenía más ganas que nunca de que llegara. Salía a la calle de nuestra
querida Puebla de la Calzada, “la Borriquita”, la nueva imagen que por primera vez
procesionaba por el pueblo. Jamás pensé
que un día como el Domingo de Ramos iba a sentir tantas emociones juntas
durante todo el recorrido de la procesión.
Es una experiencia que jamás olvidaré, el chirrido de las trabajaderas de
los costaleros, las bandas de música, los niños con una sonrisa de oreja a
oreja y los fieles que asistían con una gran devoción y complacencia.
Con
lágrimas en los ojos realicé todo el recorrido programado para “La Borriquita”.
El
éxito obtenido con esta procesión se debe, sin duda, a la gran colaboración y
aportación de muchas personas y colectivos de Puebla, sin ellos todo esto no
hubiera sido posible; agradecer a Don Antonio, el párroco, a la gran familia
salesiana, a la cofradía, a la Asociación de la Borriquita, al ayuntamiento y
a toda la feligresía asistente porque
consiguieron, entre todos, hacer un día inolvidable para mí. Gracias, gracias,
gracias
Tras muchos meses de preparativos y de espera por fin llegó el Domingo de Ramos. Este años tenía más ganas que nunca de que llegara. Salía a la calle de nuestra querida Puebla de la Calzada, “la Borriquita”, la nueva imagen que por primera vez procesionaba por el pueblo. Jamás pensé que un día como el Domingo de Ramos iba a sentir tantas emociones juntas durante todo el recorrido de la procesión. Es una experiencia que jamás olvidaré, el chirrido de las trabajaderas de los costaleros, las bandas de música, los niños con una sonrisa de oreja a oreja y los fieles que asistían con una gran devoción y complacencia.
Con lágrimas en los ojos realicé todo el recorrido programado para “La Borriquita”.
El éxito obtenido con esta procesión se debe, sin duda, a la gran colaboración y aportación de muchas personas y colectivos de Puebla, sin ellos todo esto no hubiera sido posible; agradecer a Don Antonio, el párroco, a la gran familia salesiana, a la cofradía, a la Asociación de la Borriquita, al ayuntamiento y a toda la feligresía asistente porque consiguieron, entre todos, hacer un día inolvidable para mí. Gracias, gracias, gracias






















