UPA denuncia que la ambición sin límites de algún operador empañe la imagen y el trabajo de los ganaderos
Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) queremos resaltar la dedicación y el esfuerzo de los ganaderos de nuestro país por ofrecer al consumidor alimentos de calidad producidos bajo estrictas exigencias en materia de seguridad alimentaria.
Desde UPA
insistimos en esta idea en un momento en el que determinados operadores
económicos, guiados por la ambición y el enriquecimiento rápido, se han
dedicado a la mezcla de carne de vacuno con carne de equino, lo cual no plantea
un problema de seguridad alimentaria pero sí es un claro fraude comercial a los
consumidores.
Las
amplias exigencias del paquete de higiene garantizan una adecuada
trazabilidad y permiten seguir el rastro
del alimento “desde la granja a la mesa”; su puesta en marcha y desarrollo
posterior ha supuesto importantes esfuerzos y recursos a los ganaderos. Como
complemento de lo anterior existe un exhaustivo etiquetado, claramente
detallado para el caso de la carne picada a través del Real decreto 1698 desarrollado
ya en el año 2003 y desde entonces en vigor.
En
consecuencia, desde UPA no podemos permitir que se empañe la imagen del sector
ganadero y que se dude del buen hacer del mismo, en un momento además en el que
muchas explotaciones están atravesando grandes dificultades que amenazan su
viabilidad en muchos casos.
En este
sentido, UPA propone que ante la existencia de instrumentos legislativos
adecuados es función de las Administraciones asegurar su estricto cumplimiento
de modo que caiga el peso de la ley sobre aquellos operadores que con sus malas
prácticas perjudican al resto de la cadena cárnica, engañando a los
consumidores y sembrando la duda sobre el buen hacer de nuestros ganaderos.
Desde UPA insistimos en esta idea en un momento en el que determinados operadores económicos, guiados por la ambición y el enriquecimiento rápido, se han dedicado a la mezcla de carne de vacuno con carne de equino, lo cual no plantea un problema de seguridad alimentaria pero sí es un claro fraude comercial a los consumidores.
Las amplias exigencias del paquete de higiene garantizan una adecuada trazabilidad y permiten seguir el rastro del alimento “desde la granja a la mesa”; su puesta en marcha y desarrollo posterior ha supuesto importantes esfuerzos y recursos a los ganaderos. Como complemento de lo anterior existe un exhaustivo etiquetado, claramente detallado para el caso de la carne picada a través del Real decreto 1698 desarrollado ya en el año 2003 y desde entonces en vigor.
En consecuencia, desde UPA no podemos permitir que se empañe la imagen del sector ganadero y que se dude del buen hacer del mismo, en un momento además en el que muchas explotaciones están atravesando grandes dificultades que amenazan su viabilidad en muchos casos.
En este sentido, UPA propone que ante la existencia de instrumentos legislativos adecuados es función de las Administraciones asegurar su estricto cumplimiento de modo que caiga el peso de la ley sobre aquellos operadores que con sus malas prácticas perjudican al resto de la cadena cárnica, engañando a los consumidores y sembrando la duda sobre el buen hacer de nuestros ganaderos.