Ni el Papa · Pepe Pajuelo Pérez · Lobón
Cuando un sacerdote predica la Palabra de Dios es porque realmente
cree en ello; de no ser así es difícil, o casi imposible que sus feligreses
alcancen la fe. A éstos los considero
“Sacerdotes redomados”.
Lo mismo sucede cuando un representante político hace llegar a sus
simpatizantes una idea, un proyecto o, en este caso, un complot.
La semana pasada, el PSOE, con Rubalcaba a la cabeza, esperó a que el
Presidente del Gobierno diera por concluida la rueda de prensa del Partido Popular,
en la que Mariano Rajoy dio una imagen de seriedad y responsabilidad. La
sorpresa vino cuando éste prometió que en unos días publicaría sus
declaraciones de la renta y patrimonio.
Hoy, las declaraciones fiscales de Rajoy están a disposición de todos
los ciudadanos, mientras que el PSOE duda si publicar o no sus cuentas y el
IRPF de Rubalcaba.
Dudo si harán públicas sus cuentas, pero de lo que estoy seguro es que
su contabilidad está en estos momentos
pasando una serie de procesos de maquillaje y modificación para que el
día que se decidan a dar el paso de la transparencia, nos encontremos con un
PSOE reluciente como el papel film y no rojo hemorrágico.
Entre unas cosas y otras, ayer nos sorprendió la noticia del Papa
Benedicto XVI, que de nuevo dio una imagen de seguridad, credibilidad y
sinceridad. Me quedo con una gran cita: “Cuando
la política pretende hacer la obra de Dios, pasa a ser, no divina, sino
demoníaca”.
Creo tanto en la Iglesia como en la política y considero que a la hora
de tomar decisiones, uno tiene que ser honesto y tener las cosas claras. Bien
por Mariano Rajoy. Bien por S.S. el Papa Benedicto XVI.
Como dice el refrán: Aquí no se libra ni el Papa, y Rubalcaba
tampoco debería librarse. Su actitud es de “Político redomado”.
Cuando un sacerdote predica la Palabra de Dios es porque realmente cree en ello; de no ser así es difícil, o casi imposible que sus feligreses alcancen la fe. A éstos los considero “Sacerdotes redomados”.
Lo mismo sucede cuando un representante político hace llegar a sus simpatizantes una idea, un proyecto o, en este caso, un complot.
La semana pasada, el PSOE, con Rubalcaba a la cabeza, esperó a que el Presidente del Gobierno diera por concluida la rueda de prensa del Partido Popular, en la que Mariano Rajoy dio una imagen de seriedad y responsabilidad. La sorpresa vino cuando éste prometió que en unos días publicaría sus declaraciones de la renta y patrimonio.
Hoy, las declaraciones fiscales de Rajoy están a disposición de todos los ciudadanos, mientras que el PSOE duda si publicar o no sus cuentas y el IRPF de Rubalcaba.
Dudo si harán públicas sus cuentas, pero de lo que estoy seguro es que su contabilidad está en estos momentos pasando una serie de procesos de maquillaje y modificación para que el día que se decidan a dar el paso de la transparencia, nos encontremos con un PSOE reluciente como el papel film y no rojo hemorrágico.
Entre unas cosas y otras, ayer nos sorprendió la noticia del Papa Benedicto XVI, que de nuevo dio una imagen de seguridad, credibilidad y sinceridad. Me quedo con una gran cita: “Cuando la política pretende hacer la obra de Dios, pasa a ser, no divina, sino demoníaca”.
Creo tanto en la Iglesia como en la política y considero que a la hora de tomar decisiones, uno tiene que ser honesto y tener las cosas claras. Bien por Mariano Rajoy. Bien por S.S. el Papa Benedicto XVI.
Como dice el refrán: Aquí no se libra ni el Papa, y Rubalcaba tampoco debería librarse. Su actitud es de “Político redomado”.






















